con una espátula
hace cuatro años, Parágrafo anual (34) y su hijo Eurekaer (4) Partieron en busca de nuevas oportunidades.
La situación financiera de su familia era expresión de la situación económica del país, donde para Yearly, madre cabeza de familia, era muy difícil generar ingresos que le permitieran cubrir sus propias necesidades y las básicas. Hijo.
La ONU es por Venezuela
Ante esta situación, Eurli contempló la posibilidad de abandonar su querido Táchira natal para probar suerte en el vecino país de Colombia, país que le resultaba hasta cierto punto familiar, por su cercanía con Táchira como estado fronterizo occidental. Venezuela, junto con Colombia.
Con muy pocas cosas en sus maletas, pero llenas de entusiasmo y determinación de comenzar una nueva vida, en 2020 Eurli y Eurneika abandonaron su pequeña casa a orillas del río Torbes en la comunidad de La Machiri, estado Táchira. La ciudad de Medellín está ubicada en el corazón de Colombia.
Una vez en Antioquia, Yearly inmediatamente se dispuso a buscar trabajo. Tenía que generar ingresos para mantenerse y satisfacer sus necesidades básicas y las de Urnaiker, con todas sus responsabilidades de cuidado, lejos de su familia y amigos, sin dejar a nadie que la mantuviera. Fueron días muy difíciles, donde la ansiedad por no conseguir trabajo y el cansancio de la búsqueda estaban constantemente presentes en la mente de Yurli. La realidad no le dio la oportunidad que imaginaba y por la que abandonó Venezuela:
“Siempre fue muy difícil, siempre fue pesado… cosas muy difíciles. Tenía que trabajar en la calle, vender café. Una vez logré conseguir un trabajo formal en una empresa, pero el turno era de noche y tenía “Para cuidar a mi hijito. No tenía a nadie para eso. Pasó una cosa muy difícil, una señora que estaba cuidando a mi hijo abusó de ella”.
Además de lo difícil que fue para Yearly dejar al pequeño Eureniker al cuidado de extraños, a pesar de las extensas jornadas laborales, sus ingresos no eran suficientes para cubrir sus necesidades básicas:
“A veces por turno lo único que ganaba eran 20.000 pesos. También tuve que pagar alquiler, muy caro. “Tuve que trabajar mucho y no fue suficiente”.
Durante tres años, la vida de Yurli estuvo dividida entre el dolor de no tener a nadie que cuidara de su hijo, la nostalgia de estar lejos de su familia y amigos, y las penurias económicas de unos ingresos que no le daban lo suficiente para vivir. Encender. Con el paso del tiempo, notó con preocupación que no aparecían nuevas oportunidades y que su hijo crecía sin la atención y el cuidado adecuados. Así, a principios de 2023, Yurley decidió emprender un viaje de regreso a Venezuela:
“Regresé aquí en marzo. Tuve que quedarme en casa de mi madre, porque mi casa no estaba lista. Y aunque eso también fue difícil, ahora todo es fácil, porque estoy con mi familia. Me ayudan cuando necesito algo, nos ayudamos todos. Estoy en el país donde nací. Y estoy muy bien aquí, porque mi familia me ha ayudado mucho y organizaciones como ACNUR también me han ayudado”.
Yurli regresó a Venezuela. Quiere aprender un negocio que le permita generar ingresos para su hijo y el resto de su familia. Desde su llegada se ha sumado a las actividades que se desarrollan en el centro comunitario de su localidad, La Machiri, donde se desarrollan ACNUR, instituciones públicas, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y diversas ONG. programa de entrenamiento En términos de medios de vida de la población local, refugiados y retornados a Venezuela.
La formación ofrecida en este programa incluye: Cursos de panadería y repostería, reparación de motos y peluquería. Hasta el momento, en el taller se han capacitado 35 personas, adquiriendo herramientas para trabajar y generar ingresos.
En julio de 2023, Yurley comenzó a formarse en peluquería, aprendiendo varios estilos y peinados básicos para trabajar de forma independiente en el oficio y capitalizar las ganancias. Además, se siente feliz de reencontrarse con sus seres queridos y de que Eurekaer esté creciendo rodeado del amor de su familia:
“Es una alegría inmensa estar nuevamente con su familia. Independientemente de cualquier dificultad o emoción, les digo que siempre es seguro estar verdaderamente en el propio país.”
ACNUR ayuda a los retornados, trabajando junto con las autoridades, agencias hermanas de la ONU y ONG nacionales e internacionales, para facilitar su reintegración efectiva en las comunidades. Además, como parte de su estrategia de protección con enfoque comunitario, ACNUR fortalece espacios en las comunidades de todo el país, para que refugiados, retornados y personas en situación de vulnerabilidad tengan acceso a servicios de identidad, salud, educación y recreación.