en esto El Instituto Nacional de Orientación de la Mujer (INOF) cobra entre 40 y 50 dólares mensuales por las “causas” de Los Techs. Los familiares estiman que gastan un mínimo de 200 dólares en alimentos, artículos de limpieza e higiene, además de los costos de transporte. Alegan que cada custodio impone si puede ingresar o no los días de visita, lo que complica la alimentación de los internos.
María* no tiene más opción que regresar a casa con los alimentos que no tomó este lunes 2 de septiembre en la prisión de mujeres más grande del país y en el Instituto Nacional de Orientación para Mujeres (INOF) en Los Tex. De ahí que Venezuela sea el país más hacinado según el Observatorio Penitenciario.
Desde hace 11 años visita a su hermana implicada en robos en el INOF. Se quejó porque en esta ocasión, a diferencia de los últimos meses, no le permitieron aceite, una docena de huevos, harina simple y unos plátanos que le traía como parte de las comidas de la semana.
“Son los guardias, que hacen lo que quieren”, afirma María, que viene de Guatir y gasta al menos 200 dólares al mes para poder garantizar un poco de comodidad en una prisión donde, según estimaciones del OVP, hay más de 650 mujeres. detenido por diversas razones.
Considera que la negativa a aceptar determinadas comidas forma parte del resultado de la requisa del 29 de septiembre. “Pero les quitaron todo, todo. Aquí hay que pagar por el agua porque no pueden beber el agua que viene aquí, se enferman. Sólo dejan entrar botellas de cinco litros, ¿cómo puede una mujer pasar una semana con eso? ? Lo tomaré en un día”, dijo Juan*, quien espera que su esposa e hija salgan del recorrido.
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Juan Portugisa, que visita a su hija desde el estado, es un sargento primero de la Guardia Nacional sospechoso de estar involucrado en un escándalo de corrupción anteriormente en el país. Así como su esposa, que reservó unas patatas fritas y un pollo para compartir durante la visita de tres horas, asegura que el soldado es inocente.
“La engañaron y es la única presa, es como un caso político. Hay chicas inocentes. Venimos cuando podemos, a veces cada dos meses porque así lo hacemos. Es difícil moverse, solo pagamos cada billete”. y comida gasto $50″, dijo la esposa de Juan.
Su otra hija, Patricia*, añadió: “A partir de mañana empezaremos a guardar cosas para la próxima visita, cosas que no se estropeen, galletas y cosas así”. Dentro del INOF se podrán trasladar diversos alimentos, pero todos deberán ser en recipientes o bolsas transparentes rotuladas con el nombre del interno. Lo mismo ocurre con los artículos de higiene y limpieza que llevan.
Para la inspección deberán vestir ropa interior de franela blanca, del mismo color o color beige, así como Vaqueros Sandalias azules y abiertas o en su defecto cholitas de playa o tipo cocodrilos. A partir de las 6:00 horas empiezan a reunirse en la curva que conduce a la prisión excepto los fines de semana y hacen cola para entrar.
Los reclusos afortunados reciben visitas todas las semanas. Otros no han visto a sus familiares desde hace meses o años por múltiples motivos, principalmente económicos. Y según varios familiares, pueden gastar entre 200 y 400 dólares al mes, dependiendo de lo que ganen y la frecuencia de las visitas.
Ese costo incluye las “causas”, un tipo de vacuna que les cuesta entre 40 y 50 dólares por recluso. Pueden pagarlo en efectivo o en bolívares, estos últimos a las tasas impuestas por el mercado paralelo y por quien recibe el dinero. ¿A dónde va ese dinero? Prefieren no decirlo.
“A veces, si puedes, les llevas algo para compartir. Mi sobrina me dice: 'tráeles pan, tortillas'. “Yo hago lo que puedo porque soy de Valencia y cargo mucho peso. “, dijo Josefina*, quien tiene una sobrina presa en el INOF desde hace dos años y medio por un caso político.
En este penal, según algunas organizaciones de derechos humanos, se encuentran 13 mujeres por motivos políticos: Emirlendris Benítez, Yanin Pernia, María Auxiliadora Delgado, Yosida Venegas, Marifrancis Marcano, Karen Gómez, Ana María Pernia, Bon Yolimar y Andrea Alemen, Janine. Osuna, Idaliz Guarisma Mérida, Peggy Morales y Vicmaris Oropeza.
Josefina tuvo que asumir no sólo las visitas de su sobrina, sino también toda la parte legal. “Fue juzgado sin audiencia preliminar”. También reivindicó la exageración de la última búsqueda. “Tiene muchos problemas de salud y tratan de comprarle medicamentos para el estrés para la tiroides y ellos (GRIC) vienen, se los roban y los tiran. ¿Crees que eso es justo?
Como otros familiares, también exigió al ministro de Servicios Penitenciarios, Julio García Zerpa, visitar las cárceles y garantizar los derechos básicos de todos los presos. “¿Cómo es posible que la leche y la comida de las madres se tiren a la basura? Los niños pequeños que están allí, viendo todo esto, ¿no tienen ningún derecho?
Otro tema difícil en las cárceles de mujeres son los artículos de higiene menstrual. Durante estas visitas, a cada recluso se le permitió traer sólo 10 toallas sanitarias. ¿Qué mujer alcanza para eso?, preguntó Mariela*, hermana de un preso en una de las tres zonas allanadas la semana pasada.
Mariela comenta que además de la comida, esta vez tiene que traer “todo nuevo. Unas toallas, unos brasieres porque los tiraron, tres bragas y veremos si las sueltan. La última vez solo dieron dos”. ¿Por qué tantos? No es necesario. ¿Por qué meterse con los padres? “Todo lo que tienen que hacer es asegurarse de que la presa sea segura”.
*Los nombres de los miembros de la familia han sido cambiados para proteger sus identidades.
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