Una madre venezolana en Perú denunció que los compañeros de clase de su hija de 15 años le quemaron la cara tres veces. El primer incidente ocurrió en diciembre y desde entonces se ha repetido dos veces, la última vez el 25 de marzo de este año.
A consecuencia de la herida en el rostro, la víctima no puede hablar y además le provoca grandes dolores al comer. Además, con el 40% de su rostro afectado, esta adolescente pasa la mayor parte del tiempo encerrada en su habitación.
Tras el primer incidente, su madre fue al colegio y presentó una denuncia. Sin embargo, hasta ahora ni las autoridades educativas ni los organismos de seguridad interesados han dado respuesta. Esto ha permitido que los atacantes sigan operando con impunidad y atacando a adolescentes venezolanos.
La madre de la víctima comentó que todas las agresiones ocurrieron dentro de la institución educativa. De igual forma, señaló que ya han identificado a nueve personas involucradas, pero no se han impuesto medidas represivas ni sanciones contra ellos ni sus padres.
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La madre indicó que su hija se sintió “abandonada y deprimida” luego de acudir a la agencia de informes correspondiente y no recibir una resolución.
Por otro lado, su hija no pudo recibir atención médica adecuada para sus heridas debido a su estatus migratorio irregular, dijo. Infobae.
La menor le dijo a su madre que no vio la sustancia con la que le quemaron el rostro. La última vez estaba sentado y se le acercaron por detrás y le rociaron algo en la cara. Cuando notó el malestar, salió de la habitación y comenzó a tener dificultades para respirar junto con sus heridas.
Luego de que el caso fuera transmitido por la televisión nacional, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables emitió un comunicado desmintiendo lo sucedido.
“¡Rechazamos toda forma de violencia! Desde el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, a través del Programa Nacional Aurora, brindamos atención social, jurídica y psicológica a adolescentes venezolanos víctimas de maltrato en sus instituciones educativas. La acompañan expertos del sector y realizan el proceso de denuncia con su madre”, dijo la dependencia.
La única solución que ofreció la institución fue hacer adecuaciones para que la niña realmente pudiera estudiar. Mientras tanto, sus agresores siguen estudiando y la escuela ni siquiera ha conocido a sus padres.