Cortes de servicios básicos, intimidación por parte de pistoleros y ahora vigilancia y acoso desde viviendas vecinas. Los solicitantes de asilo en la embajada argentina en Caracas viven esta realidad el 6 de diciembre, según el comando venezolano.
“Se llama a la comunidad internacional, en particular a los gobiernos de Argentina y Brasil, a intervenir y detener la terrible situación que enfrentan estos seis compañeros”, agrega la denuncia.
“Han pasado casi nueve meses”, dijo en una entrevista a DW Omar González, uno de los seis refugiados en la embajada argentina en Caracas.
El pasado 20 de marzo, en plena campaña electoral, el gobierno de Nicolás Maduro acusó de terrorismo, conspiración y traición a seis de los principales miembros del equipo de campaña de María Corina Machado.
A los acusados se les concedió asilo en la embajada argentina, pero luego el gobierno chavista ordenó la expulsión de diplomáticos del sur e impidió que los solicitantes de asilo partieran hacia países del sur.
Cortes de servicios básicos, intimidación por parte de pistoleros y ahora vigilancia y acoso desde viviendas vecinas. Esta es la realidad que enfrentan hoy, 6 de diciembre, los solicitantes de asilo en la Embajada Argentina en Caracas.
🗣️Queja @omargonzalez6Nuestro jefe de comando… pic.twitter.com/TD3ZQIFhPq
— Comando ConVzla (@ConVzlaComando) 6 de diciembre de 2024
“Estamos bajo un fuerte asedio, rodeados las 24 horas del día por la policía de Maduro, con cortes en los servicios eléctricos, sin acceso a agua potable, sin servicios de agua, y por momentos la comida es absolutamente limitada”, describe González desde su encarcelamiento involuntario, el situación en la que se encuentran hoy en día.
“Es terror psicológico”, dice el político y escritor sobre las prácticas del régimen, que los mantienen aislados.
“Somos prisioneros, y al mismo tiempo somos rehenes, porque no sabemos por qué nos van a cambiar”, analizó el profesor de 75 años, convertido en una especie de portavoz del grupo. Su contacto con el mundo exterior.
“Por supuesto, hay daños emocionales y psicológicos”, sostiene, “pero estamos usando el método del estoicismo griego, de pensar un día a la vez”, comparte en su tono pausado y sin perder la esperanza.
Futuro incierto
El caso atrajo la atención internacional. “Estamos asistiendo a un intento de transformar la embajada argentina en una prisión más del régimen venezolano”, advirtieron el lunes 2 de diciembre los ex presidentes de América Latina y de España, agrupados en la Iniciativa Democrática de España y las Américas, “que seriamente amenaza los fundamentos del derecho internacional y humanitario.”
Al mismo tiempo, denunciaron que el grupo de opositores políticos está siendo sometido a “tratos inhumanos y degradantes”.
El incidente constituye una violación de los derechos humanos de los seis solicitantes de asilo que se encuentran encarcelados de facto en un “refugio”, que se encuentran en condiciones precarias, sometidos a acoso por parte de agentes armados al servicio del Estado y a una amenaza psicológica. Que “en cualquier momento pueden venir a llevárselos”, evaluó Omar Lugo, periodista venezolano con amplia experiencia en la región, por consejo de DW.
Complejidad extrema
De hecho, el caso tiene varias implicaciones: políticas, diplomáticas, de derechos humanos y también relacionadas con el derecho internacional.
“Ha habido una violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, ya que la conducta del gobierno venezolano viola claramente el artículo 22 sobre la inviolabilidad de los “locales de las misiones diplomáticas”, por su parte, Agustín Real, licenciado en relaciones internacionales en Argentina, en diálogo con DW.