Guyana ha experimentado una transformación económica sin precedentes en los últimos 10 años, gracias al descubrimiento de vastas reservas de petróleo frente a sus costas. Sin embargo, según Bloomberg, muchos de sus residentes aún no ven los beneficios de estos recursos y continúan viviendo en la pobreza y la desigualdad.
El contraste entre el auge petrolero y la realidad social es evidente en la capital, Georgetown, donde empresarios y funcionarios se alojan en el lujoso Hotel Marriott, cuyas habitaciones pueden costar hasta 1.800 dólares la noche durante la conferencia anual del petróleo. Guyana, que se celebra en este mes.
La empresa estadounidense ExxonMobil Corporation encontró petróleo en aguas de Guyana por primera vez en 2015, y desde entonces ha seguido explorando y explotando los pozos, que actualmente producen 645.000 barriles diarios. Generó alrededor de 1.600 millones de dólares en ingresos para el gobierno de Guyana en 2023 y se espera que crezca en los próximos años.
Según algunas estimaciones, Guyana podría superar a Kuwait para convertirse en el mayor productor de petróleo crudo per cápita del mundo, y su economía se ha cuadriplicado en los últimos cinco años. Sin embargo, este crecimiento no se ha traducido en una mejora significativa de las condiciones de vida de la mayoría de la población, que sufre falta de infraestructuras, servicios públicos, educación y salud.
Además, el auge petrolero ha traído consigo un aumento de los precios de bienes y servicios, afectando especialmente a los sectores más vulnerables, que no han visto aumentar sus ingresos. Corwin Wright, de 55 años, que vende sombreros y gorras en la calle, dijo que no había visto ni visto recursos petrolíferos. En un buen día, podría ganar 50 dólares, apenas lo suficiente para pagar las cuentas.
El gobierno de Ali Irfan, que asumió el poder en 2020 tras una larga crisis política, creó un Fondo de Recursos Naturales, con sede en la Reserva Federal de Nueva York, para financiar obras de desarrollo como puentes, carreteras y escuelas. Subvención para colectivos desfavorecidos. Sin embargo, la gestión de estos recursos requiere una gestión transparente y eficiente, que evite caer en la corrupción y el despilfarro.
El profesor de Economía de la Universidad de Guyana, Thomas Singh, advirtió que los cambios radicales que enfrenta el país no son fáciles de consolidar y requieren de un liderazgo que reconozca las divisiones sociales y políticas que existen en la sociedad y que no pueden hacerlo. Trasladado con fondos públicos. Asimismo, indica que el país debe estar atento a las condiciones e intereses de las petroleras, que pueden aprovechar debilidades en el marco regulatorio.
Guyana enfrenta el desafío de aprovechar las oportunidades históricas que ofrece el petróleo, pero también de evitar los peligros de la llamada “maldición de los recursos”, que ha afectado a otros países ricos en recursos naturales, pero pobres en desarrollo humano.