con una espátula
La situación del país lo obligó a emigrar y desde Colombia cumplió su sueño como narrador. Su nombre es Julio Flores. @julio_flores_junior Y en #SoyVenezolano dice @nandasalas Cómo superó el duelo para sobrellevar la distancia de su familia, amigos y su amada #Venezuela
Su viaje alrededor del mundo comenzó con la meditación, un ejercicio mental que le enseñó a conocerse a sí mismo y valorar más su entorno y las personas.
“Necesitaba cambiar, necesitaba hacer algo diferente con mi vida y un día agarré mi mochila y comencé a caminar por Venezuela, trabajé y luego viajé un poco, y entre una cosa y otra apareció en mi vida la meditación. Fue realmente un cambio radical. Allí comencé el camino del autoconocimiento, enriqueciéndome a mí y a la música también.“, cuenta.
Y así comenzó su nueva vida como inmigrante. Luego de no planificarlo y conocer los rincones más bellos de Venezuela, un día despierta en Santa Marta, Colombia, una ciudad que le permite ser feliz con sus propias decisiones.
“La situación del país me empujó a hacer algo que siempre quise hacer y comencé a viajar, y vine a Colombia y llegué a casa de un amigo, y dije bueno, voy a buscar trabajo, Voy a juntar dinero porque me voy a colombia quiero saber Conseguí trabajo vendiendo arepas rellenas y comencé a coleccionar y comencé a viajar por Colombia.“
Conociendo gente maravillosa en Santa Marta Julio se dedicó a enseñar los beneficios de la meditación y escribir cuentos hasta que terminó la pandemia.
“La verdad es que lo más bonito es abrirse a conocer otras culturas. Rompe, yo soy esto y tú eres aquello. Yo estoy en este camino y tú estás en ese camino. Quizás me ayudó a hacer viajes fuera del país de otra manera. He conocido a muchas personas de muchas partes del mundo en este proceso.“, recordar.
Luego de la epidemia, Julio Miranda regresó al estado de Los Teques, a disfrutar de la familia, a continuar con su impulso de risa.
Conoce su historia en #SoyVenezolano