con una espátula
Llega noviembre y con él las citas con los que ya se fueron. A mediados de otoño, los días 1 y 2 de este mes, los cementerios españoles acogen el color de las flores frescas y el murmullo de familiares y amigos que visitan sus tumbas. Pero, ¿cuándo y por qué se honra realmente a los muertos en ese día en particular? ¿Qué significa Todos los Santos?
Muchos creyentes inician los rituales y tradiciones del Día de Muertos el 1 de noviembre, lo que genera la sensación de que los cementerios deben visitarse ese día. Sin embargo, la Iglesia distingue claramente entre las dos celebraciones.
El 1 de noviembre la Iglesia Católica celebra la Fiesta de Todos los Santos, conocidos y desconocidos. Rinde homenaje no sólo a quienes están en el altar, sino también a aquellos cristianos que son modelo de vida, según el Evangelio.
La celebración se remonta al siglo IV y tiene su origen en el número de mártires de la iglesia de aquella época. Así, el 1 de noviembre está dedicado específicamente a los santos no mayores, para reconocer su labor.
En su oración del Ángelus del 2 de noviembre de 2014 en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco explicó la diferencia entre las celebraciones del Día de Todos los Santos y de Todos los Difuntos: “Por un lado, la Iglesia, peregrina de la historia, es intercesión y bendición de los santos gozosos que la sostienen en su misión de anunciar el Evangelio y, por otro lado, él, como Jesús, comparte las lágrimas de quienes sufren la separación de sus seres queridos.
En el Día de los Difuntos se dice que sus almas van al cielo.
El Día de los Fieles Difuntos se conmemora el 2 de noviembre ya que en el siglo X un monje benedictino, San Odilón, comenzó a celebrar una misa por todos los difuntos en esa fecha.
Esta oración tenía como objetivo buscar la purificación de las almas de aquellos que han partido para que puedan entrar en la vida eterna libres de pecado. Esta práctica ha existido durante siglos y está registrada en el Antiguo Testamento. Sin embargo, sólo en la Edad Media se generalizaron los “sufragios” públicos concedidos a los difuntos.
A partir del siglo XVI, toda la iglesia litúrgica latina adoptó la fecha fijada por San Odilón. Hoy el calendario marca un puñado de tradiciones, tanto religiosas como paganas.
Visita el cementerio
La principal tradición el Día de Todos los Difuntos es visitar los cementerios. Familiares y amigos llevan flores a las tumbas de sus seres queridos, las limpian, rezan por sus almas y se quedan un rato con ellos. No ha faltado gente contándome cómo van las cosas en casa desde que se fueron.
En esas fechas en las grandes ciudades españolas se refuerzan los servicios de transporte público y se multiplica la venta de flores. Los floristas saben que esta es una de las semanas más ocupadas del año y se abastecen.
Un día triste pero dulce
Después de visitar el cementerio, la costumbre debe detenerte en una pastelería para endulzarte las lágrimas. “Según la leyenda, cuando te comes un buñuelo se salva un alma”, recuerda la cadena madrileña Viena Capellanes.
En la Comunidad de Madrid las ventas de buñolos de viento representan el 80% del total de las ventas de dulces en esta fecha. Este año el precio está entre 30 y 45 euros el kilo. Otra preparación clásica de esta fecha, el hueso del santo, cuesta entre 45 y 55 euros el kilo.
Los pasteleros madrileños esperan vender alrededor de 360.000 kilos de dulces tradicionales de Todos Santos, de los cuales 270.000 serán Buñuels.
Por otro lado, en Cataluña el rey de estas fiestas es el panellet, pequeñas tartas de diversos tamaños elaboradas principalmente con mazapán e ingredientes que aportan al producto su sabor y aroma característico.
El precio este año ronda los 60 euros el kilo y el gremio de pasteleros artesanos de esta comunidad autónoma calcula que venderán alrededor de 250.000 kilos de panelettes esta campaña, igual que el año pasado.
La literatura mira otros mundos
Pero la Noche de Muertos es también una noche de misterio y, como tal, ha inspirado a artistas y escritores. Es tradición representar la obra “Don Juan Tenorio” de José Zorrila, cuyo segundo acto tiene lugar entre el 1 y 2 de noviembre y se desarrolla en parte en un cementerio. La más popular de estas presentaciones es la que se celebra en Alcalá de Henares (Madrid), declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Se realiza al aire libre y participan miles de personas.
“Desde entonces dicen que, cuando llega la Noche de los Difuntos, se oyen solas las campanas de la capilla, y las almas de los muertos, envueltas en pedazos de sus mortajas, corren como una gran cacería entre los matorrales y la maleza. “
Una de las leyendas más famosas de Gustavo Adolfo Bécquer inmortalizó un lugar cercano a Soria y le regaló una noche del 1 de noviembre con una atmósfera espeluznante. “La Montaña de las Ánimas” cuenta cómo Alonso, heredero de Alcudiel, se adentra en la montaña una noche fatídica inspirado por su amada (y bastante insignificante) Beatriz. Para rendir homenaje a Baker y su historia, Soria llena su fiesta de esqueletos y luto templario.
…y la Samine gallega, la noche de los espíritus en Zamora, la luz de los espíritus en Trasmoje (Zaragoza), la feria de las brujas de Sant Feliu Sacera (Barcelona)… La geografía española organiza decenas de celebraciones para esa noche, una vez al año, el otro mundo se acerca a nosotros. Caracas Al Dia