El 13 de octubre se cumplirá un año del fin de la condena impuesta al estudiante Wilder Vásquez, quien fue sentenciado a sólo cinco años de prisión por el presunto intento de asesinato contra Nicolás Maduro. Desde hace ocho meses, el teniente coronel Pedro Garrido Guillén también espera su boleta de libertad tras ser juzgado por conspiración.
Desde hace casi un año, dos presos políticos, un civil y un soldado, esperan obtener billetes de liberación tras cumplir sus condenas. En este caso, corresponde al tribunal de ejecución verificar el cómputo de años y expedir los documentos que permitan su excarcelación.
El estudiante Wilder Anderson Vásquez Velásquez es la persona que acumula mayor tiempo de espera: el próximo 13 de octubre se cumplirá un año del cumplimiento de la sentencia impuesta por la jueza Hannit Carolina López.
El estudiante de comercio internacional fue condenado a cinco años de prisión por “encubrimiento del delito de terrorismo” tras su implicación en el “caso drone”, ya que el presunto intento de asesinato contra Nicolás Maduro el 4 de diciembre de 2018 fue un incidente militar.
Vásquez fue detenido el 11 de octubre de 2018 por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN). El entonces ministro de Comunicaciones, Jorge Rodríguez, presentó al joven el título de “Capo” y lo acusó de proteger a Henriberth Rivas, uno de los presuntos operadores del intento de asesinato.
En el caso de Vásquez, correspondió al Tribunal del Octavo Circuito emitir una multa de liberación, pero el asunto fue ignorado. Su abogado no tuvo acceso al expediente, no recibió copias de los documentos y no fue informado sobre las papeletas enviadas al presidente del circuito. También hubo presiones con una solicitud de protección que fue declarada inadmisible.
El joven formó parte de un grupo trasladado desde El Helicoide al penal de máxima seguridad El Rodeo I el 4 de abril, donde cumplió toda su condena. Todavía está esperando que un tribunal de pena de muerte emita una multa o haga cumplir una orden de liberación, si se hubiera emitido alguna.
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Por su parte, el teniente coronel Pedro Luis Garrido Guillén se encuentra a la espera de que el tribunal decimoséptimo de pena de muerte ordene su libertad desde el 11 de enero.
Garrido fue acusado de la “Operación Europa 2020”, como se denominó un supuesto complot para revelar secretos militares y sitios estratégicos. Oficiales de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) lo arrestaron en el estado Táchira el 8 de enero de 2020, aunque el acta lo fija como el 11 de enero.

Derecha Teniente Coronel Pedro Garrido Guillén. A la izquierda, el Capitán Eduardo Henríquez.
El Foro Penal y la Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia informaron que ella, junto con el capitán Eduardo Henríquez, sufrió severas torturas que incluyeron golpizas, descargas eléctricas, ahorcamiento, asfixia con bolsas de plástico e incluso simulacros de ejecución. Ninguna de estas denuncias ha sido procesada.
Por este hecho, el Juzgado Décimocuarto de Sentencia del Área Metropolitana de Caracas lo condenó a cuatro años de prisión por “incitación a la rebelión y la desobediencia”. Actualmente se encuentra recluido en el Centro Nacional de Persecuciones Militares (Sepromil) en Los Texas, mejor conocido como Prisión Ramo Verde.
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