Derri Blanco (Valencia). Este domingo 22 de octubre, Juan Yo estaba en guardia. Es un oficial de las fuerzas de seguridad. carabobo
Y sale hacia el comando antes de las 7:00 horas donde cumple tareas administrativas, pero por la mañana observa el colegio electoral donde se supone que participará en el proceso de primarias opositoras. Allí estaba su esposa, haciendo cola por él y por él. Él la mantuvo informada, le dijo que cada vez vendría más gente y al mediodía ella le dijo que casi le había tocado el turno. Lewis llegó a su casa, se quitó el uniforme y salió a votar.“Ni siquiera tuve la oportunidad de almorzar, pero no me importó.
“
Regresó lo antes posible, se puso nuevamente el uniforme y reanudó su trabajo. La razón para hacer esto es clara para él. “Es imposible seguir viviendo del salario de la administración pública, es una incertidumbre constante a la que estamos sometidos”.
Arregla el viento y sobrevive. En su tiempo libre repara refrigeradores y aires acondicionados, pero el alto costo de los suministros disuade a sus vecinos.sur de valencia
Aquellos que sean sus mayores clientes pueden pagar por el servicio.
Su esposa, que hace y vende pasteles en casa, admite que votó durante mucho tiempo por el partido gobernante y nunca imaginó que participaría en el proceso de oposición de Venezuela.
En la Parroquia Miguel Peña, de la ciudad de Valencia, ciudadanos carabobistas se concentraron masivamente Tradicionalmente, entre Parroquia Miguel Peña
Los resultados electorales en Karabobo, la capital, favorecen al partido gobernante. Los registros de las elecciones municipales, regionales, parlamentarias y presidenciales así lo confirman. Así que la participación de 18 puntos en las primarias de la oposición fue sorprendente.
sin miedo a nada
Hace ocho años, Olga Martínez quitó los carteles de Maduro de la puerta y las paredes de su casa. Dejó solo uno de Chávez en la casa, al que también sacó después de un tiempo, cuando su único hijo abandonó el país con su esposa embarazada. el Vive Parroquia Aguas Calientes
Del municipio de Diego Ibarra, al este de Carabobo, donde la oposición nunca ha ganado una elección desde la llegada del chavismo en 1998.
Por eso lo ocurrido en esa jurisdicción el pasado 22 de octubre no tiene precedentes. Silverio Hernández, miembro de la junta regional de primaria y coordinador de procesos de Diego Ibarra, dijo que el día fue posible para los vecinos.
Carpas y mesas fueron colocadas desde la noche del sábado en el peaje de Taguanes, en el estado Cozedes, para habilitar cuatro puntos de autogobierno en ese municipio. “La misma gente armó carpas, buscaron mesas… Una señora en Aguas Calientes trajo de su humilde dormitorio mesas de noche y allí colocaron urnas, fue todo su esfuerzo”.
En el municipio de Diego Ibarra, un bastión chavista, la gente acudió a votar. Foto cortesía de
De bastión opositor a fortaleza chavista
En Carabobo, la familia Salas Roma, padre e hijo, gobernó la entidad desde principios de los años 1990 y la convirtió en el bastión de una nueva dirigencia opositora, encarnada por Acción Democrática hasta 1989. Henrique Salas fue candidato presidencial en Roma en 1998, aunque perdió las elecciones ante el teniente coronel Hugo Chávez Frías.
Y aunque su hijo Henrique Salas Feo lo sucedió, dos de los aliados militares de Chávez se convirtieron posteriormente en gobernadores. Además, el Partido Socialista Unido de Venezuela ha ostentado el poder regional desde 2012, ahora con el civil Rafael Lacava al mando desde 2017.
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