El Partido Socialista Unido de Venezuela confirmó al presidente Nicolás Maduro como su candidato para la reelección en la votación del 28 de julio, a pesar de que encuestas recientes muestran su alta impopularidad después de 10 años en el poder.
Después de que el expresidente Hugo Chávez lo nombrara su sucesor, todas las encuestas del sector privado del país desde su ascenso al poder en 2013 concluyeron que casi el 20% de los venezolanos califica positivamente su gestión de gobierno.
Es probable que las estimaciones de la intención de los votantes para las elecciones presidenciales de este año se sitúen aproximadamente en el mismo porcentaje. Una encuesta de finales de febrero de la firma Datincorp mostró que el 55% de la gente votaría por la candidata opositora María Corina Machado y el 14% por Maduro, aunque el PSUV es el partido más apoyado del país (15%).
En este contexto, 4,2 millones de militantes del gobierno decidieron este mes nominar a Maduro como su candidato en las elecciones presidenciales de julio, dijeron sus portavoces. El líder nacional del partido confirmó el sábado la autenticidad de esta recomendación.
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control de espacio
Analistas de la política venezolana explican que el oficialismo apuesta a la candidatura de Maduro por el “control” que el jefe de Estado ejerce sobre la estructura del partido gobernante, como viene ocurriendo desde la toma de posesión del expresidente Hugo Chávez en 2007.
“El control político del PSUV está en manos de Nicolás Maduro. El PSUV es un partido que tiene una estructura jerárquica muy concentrada”, explicó el politólogo Piero Trepcione en entrevista con Voz de America.
Según el experto, una de las características del PSUV es su “hiperliderazgo”, que en ciencia política se entiende como la concentración de poder en torno al líder.
Trepcione afirma que el presidente Maduro no ejerció tanta influencia sobre el liderazgo del partido cuando llegó al poder en 2013, en contraste con su enorme dominio en este momento.
“A lo largo de los años, Maduro ha ganado el control de su propio espacio y organización. Como él es el máximo dirigente y tiene el control regional del país y el PSUV tiene el control, si su deseo es ir a la reelección, el PSUV asume ese deseo”, opinó.
Respeto al líder
La estructura política del PSUV es “leninista” y “muy parecida” al Partido Comunista de Cuba, explicó, por su parte, el politólogo José Vicente Carrasquero, también en la conversación. VOA.
Se trata de movimientos políticos que tienen “un líder fundamental”, independientemente de la “incertidumbre” de su poder y desempeño como gobernante, destacó.
Carrasquero insiste en que Maduro no ha podido abordar temas claves en el país, como el buen funcionamiento de los servicios públicos y la calidad de vida. Según el jefe de Estado, la crisis nacional se debe al “bloqueo” y la “invasión” del exterior.
“Al chavismo no le importa mucho el desempeño de un gobierno, pero sí mucho mantenerse en el poder a cualquier costo”, enfatizó el experto.
Jesús Seguías, consultor político y presidente de la firma Detincorp, aseguró que Maduro es el “líder más indiscutible” del PSUV y el que tiene “más espacio en la calle”. En algún momento del año pasado, algunas publicaciones hablaron de la posibilidad de que Carabobo reemplace al gobernador Rafael Lacava o al presidente regional y exlíder juvenil del PSUV, Héctor Rodríguez Maduro.
Una apuesta diferente, tal vez por una figura más joven o “nueva” dentro del chavismo, podría funcionar electoralmente, pero Maduro sigue siendo la primera opción en el estilo de gobierno actual, dijo Seguias.
“Él tiene el mayor liderazgo y alcance dentro del PSUV. Si intentan nombrar a otra persona, ese escenario pasará por complicaciones” con el posible riesgo de no sacar más votos que Maduro en las elecciones presidenciales del 28 de julio, consideró el consultor político.
La elección de Maduro como candidato presidencial del PSUV no es una sorpresa, dijo Luis Vicente León, analista del entorno político y director de una empresa de análisis de datos.
El sistema de gobierno de Venezuela es “presidencial” y realmente no hubo “presión” del sector interno del chavismo para reemplazar a Maduro, dijo. Voz de America.
“Maduro no dejó el poder voluntariamente. Más allá de su pérdida de popularidad, no corre peligro real, ni las protestas en su contra son una “amenaza creíble”, afirma. Continuar como candidato “era una decisión previsible”, afirmó León.
Gerardo Blyde, principal delegado opositor a la reconciliación por parte de Noruega, aseveró este viernes que la “impopularidad” de Maduro ha llevado al oficialismo a “ignorar e incumplir” las garantías electorales acordadas en Barbados en octubre.