con una espátula
Desde hace al menos ocho años, la escasez de agua ya no es un problema exclusivo del país. Según el seguimiento realizado por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP), a pesar de que el gobierno de Nicolás Maduro prometió mejorar la prestación de servicios, el problema se ha profundizado en la Gran Caracas, calificada como la segunda peor por los ciudadanos. .
como es
Junto a Caracas, Miranda y Vargas, entidades cercanas a la capital, ya no son la excepción como se creía en 2014, cuando comenzó la crisis de servicios en el interior del país. El descuido y la improvisación han convertido el sistema de agua en una estructura arcaica, que no guarda ningún parecido con el proyecto construido en 1943, que fue un referente regional por su tecnología, eficiencia y talento humano.
Excepto por la finalización de la presa El Diluvio, que supuestamente aliviará los problemas de suministro de agua en Maracaibo, estado de Julia, ni el ex presidente Hugo Chávez ni el actual presidente Nicolás Maduro han construido nuevas obras en los últimos 20 años. El problema con la distribución de agua no es sólo la falta de nuevas construcciones, sino también la falta de voluntad para arreglar lo que tenemos actualmente.
La planificación en los sistemas hídricos fue conocida hasta los años 1990. En 1994 el estado cerró el llamado Instituto Nacional de Obras Sanitarias (INOS) y ordenó la descentralización de los servicios de agua con la creación de empresas hidrológicas regionales. Estas empresas, entre ellas HydroCapital, pasan a ser responsables de la operación y administración de los servicios de agua en cada región del país bajo los lineamientos de Hydroven.
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