El presidente de la Cámara de Integración Económica Colombiano-Venezolana (CAVECAL), Luis Alberto Russo destacó este martes que el comercio bilateral se ha visto afectado por la desaceleración de la economía venezolana.
En entrevista con la radio Fedekamaras, señaló que hasta la fecha el comercio bilateral y las exportaciones han aumentado sus cifras, siendo estas últimas del 117%, equivalente a 64 millones de dólares, mientras que las importaciones reflejan un aumento del 10%.
“Tuvimos un crecimiento de casi el 100% año tras año, pero este año creemos que se verá afectado por la desaceleración del crecimiento de la economía venezolana. Incluso cuando pensábamos que podríamos superar los mil millones de dólares”, dijo.
Los principales productos de exportación son fertilizantes, petroquímicos, combustibles, petróleo, productos químicos, acero, aluminio, materiales ferrosos, piedras preciosas, hierro y cobre.
Respecto a los principales insumos que se importan desde Colombia a Venezuela, señaló que son azúcar, dulces, medicinas, materiales plásticos.
Reconoció el trabajo de las autoridades de ambos países para frenar el contrabando a pesar del aumento del comercio informal.
El ruso especuló que aún queda “un largo camino por recorrer”, por lo que es necesario generar consenso, acuerdo y confianza.
2 de cada 10 refrescos que consumen los venezolanos provienen ilegalmente de Colombia
La cantidad de refrescos ilegales que ingresan al país desde Colombia a través de los estados de Julia y Táchira ya es del tamaño de todas las principales empresas manufactureras del país, poniendo en riesgo más de 6.500 empleos directos y más de 32.500 indirectos. La industria nacional de refrescos opera a lo largo de su cadena de valor.
Pero además, amenaza la salud de los consumidores y destruye la maquinaria productiva del país, afirmó Carlos Palumbo, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Bebidas Refrescantes (ANBAR).
Palumbo señaló que actualmente ingresan cada mes más de 2.100.000 cajas de cola negra que no cumplen con las normas de control y sanitarias, de etiquetado y metrología; y sin contribuir a los impuestos nacionales y municipales como las industrias formales.
Se trata de productos que compiten deslealmente, no asumiendo la industria venezolana, poniendo en riesgo la viabilidad económica y la continuidad operativa de las empresas nacionales.
“Actualmente, el contrabando de productos elaborados por Postobone en Colombia equivale a un actor más en la industria nacional de refrescos. Este fenómeno está aumentando a un ritmo muy significativo. A este ritmo, anticipamos que, en los próximos meses, el contrabando se convertirá en el actor más relevante del mercado, desplazando a la industria nacional”, declinó.