con una espátula
Frontera Cúcuta vuelve a clamar por la atención nacional. La inseguridad y la violencia han vuelto a envolver a la principal ciudad colombiana a lo largo de la porosa frontera con Venezuela. A menos de un mes de asumir el cargo, su alcalde, Jorge Acevedo, denunció esta semana amenazas de muerte contra un líder que dice pertenecer a las bandas binacionales AK47 y Tren de Aragua, parte de un archipiélago de organizaciones criminales que quiere desmantelar.
Para el país
La capital del conflictivo departamento de Norte de Santander ha registrado una nueva ola de criminalidad en las últimas semanas. Entre ellos, la brutal muerte a puñaladas de un habitante de la calle de 22 años, captada en un vídeo que difundió en las redes sociales y provocó la indignación pública. Las aterradoras imágenes hicieron saltar todas las alarmas. El alcalde fue amenazado un día después de que Acevedo ordenara una investigación sobre ese asesinato. También se informó este martes que más de 30 líderes sociales han recibido mensajes amenazantes a través de WhatsApp pidiéndoles cooperar con las autoridades.
“Lo ocurrido es una triste prueba del deterioro de la inseguridad a través de acciones sangrientas que utilizan herramientas propagandísticas como videos en las redes sociales, con el objetivo de sembrar miedo y enviar mensajes de intimidación a la ciudadanía”, editorializó La Opinión, diario de Cúcuta. . Advirtió que “a menos que haya una perfecta coordinación entre las autoridades nacionales, municipales y departamentales para comenzar a desmantelar las organizaciones que han salido a las calles y sectores para construir sus imperios criminales, la situación empeorará”.
La situación es grave a pesar de las expectativas generadas en su momento por la reanudación de los cruces formales entre los dos países y la normalización de las relaciones al inicio del gobierno de Gustavo Petro. En Kukuta no se sintió alivio, al menos en el frente de seguridad. Ningún otro lugar de Colombia siente tan intensamente sus vínculos con Venezuela ni sufre tanto la crisis entre Bogotá y Caracas. El alcalde Acevedo se reunió el fin de semana con Freddy Bernal, gobernador del vecino estado venezolano de Táchira, con el objetivo de esclarecer el trabajo de la autoridad. Los conflictos actuales entre grupos criminales -con hasta 25 pandillas operando en Cúcuta- alarman a la sociedad civil y a los defensores de derechos humanos, que exigen fuertemente una mayor presencia del gobierno nacional.
La lista de predecesores es interminable. Cúcuta había sido el centro de una violencia desenfrenada durante años antes de que Petro llegara al poder hace un año y medio. A mediados de 2021, un coche bomba lanzado por una brigada del ejército hirió a decenas de personas y un fusil explotó en el helicóptero en el que viajaba por esos días el entonces presidente Iván Duq. En diciembre de ese año, otras explosiones en el aeropuerto Camilo Daza a primeras horas de la mañana mataron a tres personas: dos policías y el hombre que transportaba los explosivos. En abril pasado, una explosión en una concurrida zona del centro mató a una persona e hirió a varias más.
Guerrillas, paramilitares, narcotraficantes y bandas criminales de todo tipo han plagado la frontera durante décadas a lo largo de las “rutas” por las que históricamente ha fluido el contrabando. El Catatumbo, a pocos kilómetros de Cúcuta, es la región con mayor concentración de cultivos de coca del mundo, y Norte de Santander es una de las regiones más afectadas por más de medio siglo de conflicto armado que Colombia intenta dejar atrás. .
En este marco, los nuevos desafíos de los grupos violentos en los últimos años han estado vinculados a violencia repetida, ataques y acusaciones de corrupción. No muy lejos, en plena campaña electoral regional del 29 de octubre, se produjeron amenazas de muerte contra la directora de La Opinión, Estefanía Colmenares, que conmocionaron a la ciudad. Los mensajes llegaron luego de que el periódico investigara irregularidades en la hospitalización del exalcalde Ramiro Suárez, quien conserva una influencia significativa a pesar de haber sido condenado por asesinato en alianza con grupos paramilitares.
Varios episodios recientes han sido atribuidos a la banda birracial conocida como AK47, que domina el pequeño tráfico de drogas y la extorsión en la zona central de Kukuta. “Los tenemos plenamente identificados y en este punto vamos a priorizar los recursos y la capacidad institucional para desmantelarlo”, prometió el nuevo secretario de seguridad y convivencia ciudadana, Diego Villamizer. “No nos dejaremos intimidar”, aseguró el alcalde Acevedo en declaraciones a W Radio. “Poco a poco, rápido, uno a uno los atraparemos, los atraparemos; “Vamos a pelear”.