con una espátula
Este domingo, las Fuerzas Armadas de Ecuador desplegaron sus unidades en varios centros penitenciarios del país con el objetivo de hacerse con el control total de los centros penitenciarios ocupados desde hace una semana por bandas de presos.
Las redadas se llevaron a cabo el día antes del anuncio de la liberación de todos los guardias y personal administrativo de la prisión (más de 150) mantenidos como rehenes por los reclusos.
Un fuerte contingente de militares y policías se concentraron este domingo en el Centro de Privación de Libertad Número 1 de Ajuay, en Cuenca, en los Andes del sur de Ecuador, también conocido como Cárcel de Turi, para intervenir y recuperar el control de sus instalaciones.
Los equipos tácticos de operación conjunta entre la policía, el ejército y los agentes penitenciarios comenzaron temprano y al caer la noche se anunció que todos los rehenes en la prisión habían sido liberados.
En la intervención participaron carros de combate, vallas metálicas y decenas de soldados, que provocaron la rendición de los prisioneros.
Muchos reclusos tendidos en el suelo del patio de la prisión de Turi formaron una fila bajo la custodia de uniformados armados que ingresaron al centro penitenciario.
Como en días anteriores, ya no se registró la presencia de reclusos en el techo del penal, ni se escucharon explosiones y disparos, como habían advertido vecinos del centro a primeras horas de la mañana.
El operativo se repitió en siete cárceles del país que fueron ocupadas por reclusos a principios de semana y fue parte de una jornada de caos a nivel nacional, ya que la violencia en las prisiones también se desbordó a las calles.
Explosiones, autos quemados, secuestros, asesinatos, robos, atentados y hasta el ascenso de un grupo violento y armado en un canal de televisión de Guayaquil marcaron una semana violenta en Ecuador que poco a poco parece estar llegando a su fin. Esta es la crisis.
El presidente del país, Daniel Noboa, declaró el pasado lunes el estado de emergencia nacional y firmó el martes un decreto reconociendo “un conflicto armado interno”, permitiendo a las fuerzas armadas intervenir para “neutralizar” a los grupos. El crimen organizado que provocó el caos y al que tachó de “terroristas”.
El propio Noboa confirmó la noche del sábado que todos los rehenes habían sido liberados de prisión, algunos de ellos -como Esmeraldas- con el apoyo de representantes de las iglesias católica y evangélica.
En concreto, en el penal de Esmeraldas, más de un millar de militares mantuvieron este domingo la intervención del centro penitenciario, donde se realizaron registros “para restablecer la paz”, según afirmó Norman Cano, jefe de la Zona Policial 1.
El operativo de intervención “se ha llevado a cabo con total éxito”, añadió Cano al informar a los periodistas sobre el operativo en el penal de Esmeraldas, fronterizo y capital de la provincia costera del mismo nombre, en el noroeste del país. Columbia.
También se han intensificado las intervenciones en la prisión de Loja y han circulado imágenes que muestran a militares izando la bandera del país como símbolo de la recuperación del control de la prisión de esa ciudad del sur andino del país.
De igual forma, en redes sociales han circulado imágenes de operativos de intervención militar y policial en la ciudad costera de Machala, capital de la provincia de El Oro, fronteriza con Perú.
Una de estas imágenes muestra el momento en el que un fuerte grupo de agentes, protegidos por vehículos blindados, aprovecha la explosión en la entrada del centro penitenciario para hacerse con el acceso y control de la prisión.
También se informó de acciones similares por parte de las fuerzas de seguridad en otros centros penitenciarios como Kanar y Tungurahua.
Anoche, el Presidente Nobuya confirmó que todos los funcionarios penitenciarios y administrativos mantenidos como rehenes en siete prisiones ocupadas por reclusos amotinados a principios de esta semana habían sido liberados.
Noboa, en un mensaje en su cuenta así como las zonas costeras de El Oro y Esmeraldas.
Esta semana estallaron disturbios en las prisiones ecuatorianas mientras el gobierno de Noboa se preparaba para implementar planes para recuperar el control de las prisiones, muchas de ellas dominadas internamente por bandas criminales, cuyas rivalidades han liberado a más de 450 reclusos. Desde 2020, se han producido una serie de asesinatos bajo custodia.
Esta violencia va camino de convertir a Ecuador en uno de los países más violentos del mundo en 2023 con 45 homicidios dolosos por cada 100.000 habitantes. Caracas Al Dia