Guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) reivindicaron el miércoles pasado un atentado contra una patrulla policial en el municipio de Tibú, en Norte de Santander (noreste), departamento colombiano, en el que murieron dos policías y una mujer y una docena resultaron heridos.
La guerrilla, que está en conversaciones de paz con el Gobierno pero aún no ha acordado un cese al fuego, aseguró en un comunicado que se trata de “un paso más en su lucha contra el aparato militar, estatal y paraestatal”.
El ELN informó de la muerte de dos policías y lamentó la muerte de Lucy Catherine Castillo y las heridas de otra mujer, Elizabeth Rosales, y envió solidaridad a las familias asegurando que “esta acción no fue con la intención de crear esta situación”.
“Tanto la policía como el ejército nacional han aterrorizado a los residentes de la frontera en las últimas semanas”, dijo la guerrilla en el comunicado, que acusó a las fuerzas de seguridad de hacerse pasar por paramilitares en algunas de estas zonas cercanas a Venezuela “causando preocupación a los residentes”.
El ataque ocurrió cuando una patrulla policial se dirigía a una base militar y fue atacada con explosivos en una carretera de Tibú. Los policías asesinados fueron el teniente de alcalde Ángelo Raúl Martínez Arévalo y el patrullero Andrés Idarraga Orozco.
La guerrilla no tiene prisa por pactar un cese al fuego
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, rechazó este miércoles “actos terroristas contra la vida de policías en Tibú, Norte de Santander”.
“Abrazos solidarios a las familias de las víctimas de este brutal acto. Este acto criminal no quedará impune”, agregó el Presidente en Twitter.
Por su parte, el Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, al ser consultado por los medios, negó los hechos, pero consideró que “el ELN se los atribuyó como un gesto de responsabilidad para esclarecer la situación”.
“Habrá momentos y fases de sanción de estas acciones”, dijo Rueda, quien vio el reconocimiento como “un avance frente a muchos hechos que han quedado en la impunidad desde un principio”.
El Gobierno y el ELN sostienen esta vez en La Habana una tercera ronda de conversaciones de paz, siendo uno de los temas a tratar el cese al fuego bilateral, que la guerrilla no tiene prisa por acordar.
Por su parte, el Gobierno quiere pactar cuanto antes un alto el fuego bilateral para limitar y reducir la intensidad del conflicto armado.
Tibú, donde ocurrió el ataque del miércoles, es parte del Catatumbo, un área de 10.089 kilómetros cuadrados, en su mayoría boscosa, en el departamento de Norte de Santander.
En esta región del país fronteriza con Venezuela tienen presencia disidencias del ELN y las FARC, así como un bastión del Ejército Popular de Liberación (EPL) y otras bandas que se enfrentan en corredores de narcotráfico y cultivos de estupefacientes. Coca
Tibú, una de las regiones más pobres y olvidadas de Colombia, forma parte de los municipios de Convención, El Carmen, El Tara, Hácarí, La Playa, San Calixto, Sardinata y Teorama, además del Catatumbo.