Vale recordar lo ocurrido el 12 de abril, 22 años después del golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002, cuando extremistas de derecha asediaron la embajada de Cuba en Caracas, un esfuerzo catalogado de fascista. Intolerancia
Ese día -coronado por la instalación en el palacio de Miraflores de un gobierno de facto con el empresario Pedro Carmona Estanga, como principal hombre elegido desde Washington para ejecutar el golpe y sustituir al gobierno legítimo de Chávez- hubo acontecimientos desde las primeras horas. de la mañana.
La fecha es anterior al 11 de abril, un día anterior y menos tumultuoso en el que el fascismo tiñó las calles de Caracas con sangre inocente.
Decenas de personas murieron a manos de la extinta Policía Metropolitana y francotiradores centroamericanos, siguiendo órdenes de líderes de extrema derecha y representantes del gobierno estadounidense, que repelieron una marcha de protesta que comenzó en Chuao y se dirigió a Miraflores, donde se encontraban quienes defendían la La revolución mató a 19 personas, hubo muertes trágicas y 118 heridos.
Además, se inició una terrible persecución contra personas vinculadas al proceso chavista, como el entonces diputado Tarek William Saab, quien fue golpeado y encarcelado violando su inmunidad parlamentaria, o el caso del ministro del Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín. cuya residencia fue allanada y Víctimas de grupos violentos de oposición Fue objeto de burla pública y violencia física.
Cuba, objetivo
Los miembros del extremista Partido Primero de la Justicia fueron responsables de centrar su atención en otros líderes revolucionarios.
Leopoldo López, alcalde del municipio de Chacao, y Henrique Capriles Radonski, alcalde del municipio de Baruta, se dirigieron a la embajada de Cuba en Chuao con el pretexto de “cazar” al entonces vicepresidente de Venezuela, Diosdado Cabello. Afirmó haber sido detenido en sede diplomática.
Más de 400 personas se reunieron frente a la embajada desde las primeras horas del 12 de abril y –después de destruir vehículos estacionados– turbas fascistas cortaron el servicio de electricidad y agua de la Legación Cubana, amenazando a quienes estaban dentro. Éste, violando así el derecho internacional, mantuvo un violento asedio al inmueble durante casi 36 horas, al que intentaron ingresar por la fuerza.
Frente a las cámaras de televisión, manifestantes violentos procedieron a gritar contra quienes, según ellos, estaban adentro, prometiendo matarlos de hambre, mientras gritaban desde la calle: “Deben comer alfombras, patas de sillas (…) porque no dejaremos entrar ni una sola gota de agua…”.
Henrik Capriles Radonski, quien era alcalde de Baruta en la jurisdicción de la embajada, se dedicó a hostigar a la turba, en lugar de restablecer el orden público como era su deber. Según declaraciones del entonces embajador cubano, Germán Sánchez Otero, Capriles llegó a la embajada unas tres horas después de que comenzara la violencia y pidió a los líderes del chavismo que vinieran a verificar si alguien se refugiaba en la embajada.
subiendo las escaleras
Fueron agencias de comunicación privadas las que transmitieron la imagen de Capriles Radonsky saltando los muros de la embajada de Cuba, acto que violó la integridad territorial de la instalación como establece el derecho internacional.
Según Sánchez, después de que le permitieron entrar, Capriles le pidió que revisara la sede diplomática para informar a la multitud que allí no había ningún chavista refugiado. El embajador Sánchez Otero se negó categóricamente a permitir esta visita.
La decidida resistencia de diplomáticos y funcionarios cubanos, bajo las difíciles condiciones descritas, impidió la invasión del territorio cubano por hombres violentos que querían expulsar por la fuerza a los presuntos solicitantes de asilo.
Después de que 24 horas después se restableciera el orden constitucional – Nicolás Maduro, entonces diputado, declaró que “el 12 de abril pasará a la historia como el día en que el fascismo mostró su verdadero rostro”, se pronunció un emotivo discurso frente a la tribuna. Entrada a la sede diplomática cubana.
Sánchez Otero, por su parte, indicó que “cubanos y venezolanos siempre nos aceptaremos como iguales. José Martí, el apóstol de la independencia cubana, vino a Venezuela para rendir homenaje al libertador de América, Simón Bolívar”.
La Fiscalía General acusó a Capriles de violar la política internacional al ingresar a la embajada y solicitar una inspección del edificio.
La defensa de Capriles afirmó que el alcalde intervino para intentar “mediar” entre el embajador cubano y los manifestantes, con el fin de evitar incidentes violentos en el exterior de la sede, pero se grabaron vídeos e imágenes, así como declaraciones del personal de la sede diplomática. . , parece lo contrario.
De esta manera, el fascismo presentó su verdadera cara, con la que intentó hacerse con el poder de repente.