con una espátula
El asesinato del fiscal ecuatoriano César Suárez, acribillado a balazos este miércoles en la ciudad de Guayaquil, se suma a una larga lista de fiscales, jueces, funcionarios penitenciarios y políticos cuyas vidas han sido arrebatadas en los últimos meses por bandas responsables del crimen organizado.
Suárez, que investigaba la toma de un canal de televisión el 9 de enero durante una ola de ataques y violencia vinculada a estas bandas, se hizo conocido en la ciudad portuaria por sus investigaciones anticorrupción, particularmente aquellas que apuntaban a presuntas irregularidades. En hospitales durante epidemias.
Entre los casos más infames, investigó compras y contratos irregulares por valor de millones de rupias para hospitales públicos que se sospechaba que se habían firmado a precios exorbitantes y habían causado pérdidas financieras al Estado.
Sin embargo, Suárez también recibió el caso más mediático de la ola de violencia que se registró en varias ciudades ecuatorianas el pasado 9 de enero y se hizo cargo del expediente de posesión del canal de televisión TC con el interrogatorio de 13 personas detenidas por ese ataque. Ambos son menores de edad.
Un día antes de su asesinato, se quejó de la falta de protección y seguridad, consciente de que podría estar en el punto de mira de la banda criminal detrás de la toma del canal, que, según la policía, podrían ser ‘Los Tiguerons’. Después de una ola de ataques y violencia la semana pasada, el gobierno del presidente Daniel Noboa declaró una “guerra interna” contra los 22 y los clasificó como grupo “terrorista”.
El asesinato de Suárez se produjo en medio de un estado de emergencia por “conflicto armado interno” ordenado por el gobierno, similar al asesinato de un funcionario de prisiones en la provincia amazónica de Sucumbias, fronteriza con Colombia.
Aumento de homicidios
Suárez fue asesinado de la misma manera que decenas de autoridades ecuatorianas que se ocupan del crimen organizado y que han sido asesinadas en los últimos meses y años, las muertes a tiros de sicarios acusados en una sangrienta escalada de asesinatos que golpeó con mayor fuerza en un ataque mortal contra el candidato presidencial. Fernando Villavivencio. El año pasado.
Al menos otros dos fiscales fueron asesinados el año pasado en Guayaquil y su área metropolitana, como les ocurrió a los jueces Edgar Escobar y Leonardo Palacios, mientras que el juez Nelson Yáñez corrió la misma suerte en la amazónica Lagro Agrio.
Las amenazas a funcionarios del sistema de justicia de Ecuador han llegado incluso a la Fiscal General Diana Salazar, quien en junio del año pasado denunció haber recibido amenazas de muerte contra ella y su familia desde un número telefónico desconocido y aparentemente desde el extranjero.
Asimismo, el director de la cárcel El Inca de Quito, Santiago Loza, fue asesinado a tiros en la capital ecuatoriana en diciembre de 2022, y las directoras de las cárceles de mujeres de Esmeraldas y Guayaquil también fueron agredidas en marzo de 2023, de donde lograron escapar. la vida
Los políticos en la mira
En el transcurso del año pasado, los ataques contra las autoridades ecuatorianas, incluidos los políticos, aumentaron en el contexto electoral de las elecciones locales y luego de las elecciones generales, en las que se produjeron las campañas más violentas de la historia de Ecuador.
Villavicencio fue asesinado allí, asesinado a tiros cuando salía de un mitin electoral en Quito por un grupo de sicarios colombianos que supuestamente fueron asesinados en prisión semanas después, por lo que aún no está claro quién fue el autor intelectual del crimen.
Hace apenas unas semanas, el alcalde de Manta, Agustín Intriago, uno de los alcaldes más populares del país, fue asesinado de manera similar.
Y casi la misma suerte corrió Luis Chonillo, el alcalde de Durán que sobrevivió a un atentado en el que murieron dos policías mientras hablaba en su primer concejo municipal en el área metropolitana de Guayaquil convertida en uno de los epicentros de la violencia. En Ecuador.
Concejales, funcionarios municipales y líderes vecinales también han sido asesinados en los últimos meses en una serie de crímenes que han convertido a Ecuador en unos pocos años en uno de los países más violentos del mundo, con alrededor de 45 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes.
Caracas Al Dia