A pocas horas del supuesto plazo dado por Estados Unidos en el marco del acuerdo de Barbados para que el régimen de Nicolás Maduro permitiera a candidatos opositores vetados administrativamente y permitirles participar en las elecciones presidenciales, cuando aparecieron las esperadas señales de mediación por parte del gobierno. Estado de Noruega, uno de los garantes de este complejo procedimiento.
A través de la cuenta del Tribunal de Justicia (TSJ) para solicitar la apertura de un proceso contra sus respectivas medidas de inhabilitación administrativa impuestas en ese momento por la Contraloría General de la República.
El procedimiento asegura que la Corte Suprema, a través de su sala político-administrativa, debe pronunciarse sobre estas salvaguardias de acuerdo con los principios de celeridad y eficiencia.
El TSJ, considerado el poder judicial del chavismo, está controlado por el propio Maduro y muchos de sus jueces son militantes declarados del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).
Analistas políticos coinciden en que habilitar a la candidata María Corina Machado, reconocida como líder de la oposición en las primarias, significaría una derrota segura para el candidato chavista Nicolás Maduro en unas elecciones libres, transparentes y competitivas.
La sanción de Machado, entonces, no seguiría un simple proceso de administración de justicia, sino que caería en un complejo juego de intereses en las más altas esferas del poder, en el que la capacidad de negociar, ceder posiciones y alcanzar acuerdos aceptables para los ciudadanos partidos sería crucial. Explicar y resolver la compleja crisis política que sufren millones de venezolanos dentro y fuera del país.
La próxima noticia sobre la inhabilitación se esperaba en el marco de un foro organizado por el titular de la comisión antinegociadora, Gerardo Blyde. estimulante Y Universidad Católica Andrés Bello UCAB este jueves 29 de noviembre.
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