La Superintendencia de Sociedades de Colombia anunció que, en el marco de la (supuesta) venta de acciones de la empresa Monomeros Colombo Venezolanos, será sometida a “control” administrativo ante una “posible venta de sus acciones”. declaración
Control “El más alto nivel de supervisión de carácter corporativo, que la superintendencia de la empresa ejerce preventivamente, para preservar la empresa como unidad productiva y fuente de empleo.”
El organismo aclaró que “el grado de supervisión denominado 'control' no es una toma de posesión ni faculta a la superintendencia de sociedades para coadministrar la empresa, la cual conserva su autonomía con limitaciones y para los fines que señalan la constitución y las leyes. Con plena garantía de sus derechos.”
“Nuestra misión es contribuir al crecimiento y preservación de las empresas, cuyo logro beneficia a los grupos de interés, a través de acciones preventivas, de apoyo y de supervisión, en ese sentido, ante potenciales riesgos que afecten el interés común, nuestro deber es actuar en tiempo y forma”, de la Economía Nacional. Por y en el caso especial de Monómeros, conscientes de la importancia de la sociedad para la agricultura, la soberanía alimentaria y su relevancia para los agricultores colombianos”, se lee en la comunicación enviada por la Superintendencia.
“Ante posibles riesgos que afecten el interés común, nuestro deber es actuar oportunamente, ser conscientes de la importancia de la sociedad para la economía nacional y en especial en el caso de Monomeros, por la relevancia de la agricultura, la alimentación soberanía y agricultores de Colombia”, comentó el superintendente de la Sociedad, Billy Escobar, citado en un comunicado.
Por su parte, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, publicó en X una carta dirigida a Maduro del 8 de noviembre, en la que expresó su oposición a la supuesta venta de Monomeros.
En la carta, señala que durante más de cinco décadas la empresa ha beneficiado a los agricultores de ambos países produciendo y vendiendo insumos agrícolas a “precios justos” y que actualmente garantiza la productividad de “lakh de familias” en sus tierras. Por lo tanto, su privatización “significaría precios más altos de las materias primas”.
Asimismo, obligará a los productores a “depender de los productos extranjeros y del precio de los insumos agrícolas en el mercado internacional”, según el presidente de Colombia.