con una espátula
Las medidas impuestas por el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, en la frontera con México han animado a equipos de guardias de seguridad privados a patrullar la zona, “intimidando” a las comunidades, denunciaron el jueves activistas que se pusieron “en alerta máxima y declararon ‘tolerancia'”.
Representantes de más de 10 organizaciones de derechos civiles asistieron hoy a una conferencia de prensa para explicar las tensiones en la zona fronteriza a cinco semanas de que entre en vigor una ley que otorga a las autoridades estatales el poder de detener y deportar inmigrantes.
“El gobernador ha convertido a la comunidad (inmigrantes y latinos) en un objetivo. Hay milicias y vigilantes en nuestra zona”, advirtió Jesse Fuentes, director de la Coalición Fronteriza de Eagle Pass. “La comunidad está asustada”, añadió.
Por su parte, Fernando García, director ejecutivo de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (BNHR), señaló que la situación en la frontera era “crítica” y culpó a Abbott de cualquier ataque violento contra refugiados, migrantes o miembros de la comunidad.
Tanto García como Fuentes recordaron el tiroteo de 2019 en un supermercado de El Paso (Texas) que mató a 23 personas e hirió a 22, en su mayoría latinos.
Patrick Crucias, quien se declaró culpable de los asesinatos el año pasado, admitió ante la policía cuando fue arrestado que su objetivo era “matar mexicanos”.
Los activistas temen que la situación empeore cuando se promulgue la SB4 el próximo marzo, convirtiendo en un delito menor que un ciudadano extranjero “ingrese o intente ingresar” al estado de manera irregular desde otro país. El delito se convierte en un delito grave, punible con hasta 20 años de prisión, si el infractor es reincidente.
Desde que se firmó la ley en diciembre pasado, más de 50 organizaciones de la sociedad civil de Texas se han declarado en “estado de alerta y disuasión” y convocaron a más de 12 eventos, incluidos foros comunitarios y protestas en Texas, para informar sobre los peligros de su implementación. Acto.
“Esto nos afecta a todos los que vivimos en la frontera de Texas. La comunidad tiene miedo”, dijo Lupita Sánchez, miembro de Border Workers United (BWU), que aboga por las familias mixtas, ya que están compuestas por ciudadanos estadounidenses e indocumentados que son conocidos.
Recordó que en Texas viven aproximadamente 12 millones de hispanos, quienes constituyen el grupo poblacional más grande del estado con el 40.2% de los 30 millones de residentes estimados y podrían verse afectados por la ley.
Por su parte, Sarah Cruz, de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) de Texas, dijo que la implementación de la SB4 aumentaría las violaciones de derechos civiles como el perfilamiento racial por parte de las autoridades.
La ACLU demandó al estado de Texas para detener la implementación de la ley, argumentando que es inconstitucional porque viola la Cláusula de Supremacía de la Constitución de los Estados Unidos.
Los activistas también han criticado a la Casa Blanca por no adoptar una postura más dura con el gobernador Abbott, con quien ha estado en varias batallas legales por las medidas implementadas en la frontera. Caracas Al Dia