Un tribunal de Texas celebra hoy un juicio en una demanda presentada por 21 estados republicanos contra el programa de permisos humanitarios de la administración Joe Biden, que ha permitido la entrada a Estados Unidos a casi 180.000 inmigrantes de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití. Un año.
El caso de que el juez Drew Tipton, que falló en contra de las políticas de inmigración de la administración Biden en el pasado, podría poner en peligro la medida, una de las principales herramientas del gobierno para controlar la inmigración en la frontera. en el sur
El Gobierno argumentó en un documento presentado ante el tribunal antes de la audiencia de hoy que el programa ha contribuido a “reducir la detención” de inmigrantes de estas cuatro nacionalidades en la frontera y a desalentar “rutas peligrosas” de inmigración hacia Estados Unidos.
Como resultado, si fuera eliminado, argumentaron las autoridades, habría un “aumento significativo de la inmigración hacia la frontera suroeste” del país.
Además, como recordó el gobierno, el permiso humanitario -conocido en inglés como “parole”- ha sido utilizado en otros momentos de la historia del país para permitir la entrada de inmigrantes a Estados Unidos.
Los estados reclamantes, sin embargo, consideran que el gobierno está tomando una acción ilegal porque utiliza permisos humanitarios para ingresar a los migrantes y los ha obligado a gastar “cientos de millones de dólares” en educación, salud y asistencia jurídica. Beneficiarios del programa.
El Ejecutivo, subrayaron los estados en la petición inicial del caso ante el tribunal, creó un nuevo programa de visas que permite la entrada a miles de extranjeros que, sin esta vía, “no tendrían base para venir a Estados Unidos legalmente”.
Según los últimos datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, más de 181.000 personas llegaron a Estados Unidos a través de programas humanitarios.
La mayoría de ellos proceden de Haití (60.000) y Venezuela (55.000), dos países que se encuentran en medio de una grave crisis humanitaria que ha obligado a miles de sus ciudadanos a buscar un futuro mejor en el extranjero.
Un duro golpe para los que están en lista de espera
Un fallo en contra del programa no afectaría a las personas que ya ingresaron al país, pero sí a quienes ya presentaron sus solicitudes y están en lista de espera, esperando que el gobierno les permita venir a Estados Unidos. , según explica a Caracas Al Dia Yael Schacher, directora de Refugees International en América.
“Si se congela el programa, las solicitudes también dejarán de procesarse”, subrayó el experto.
Para Rita Sánchez, una venezolana radicada en Miami que ha ayudado a cientos de personas a solicitar permisos humanitarios, será un “duro golpe” para quienes aún esperan que se aprueben sus solicitudes.
Para solicitar un permiso se debe tener un patrocinador en Estados Unidos que pueda demostrar que tiene recursos económicos suficientes para apoyar financieramente al beneficiario. Tanto la persona que busca la libertad condicional como el patrocinador deben presentar un formulario ante el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Actualmente, el DHS tiene más de 1,5 millones de personas en listas de espera que han solicitado patrocinar a un familiar, amigo o conocido para recibir un permiso, según documentos del gobierno ante el tribunal.
“Se trata de niños que están psicológicamente afectados por la separación de sus padres, madres separadas de sus hijos y familias enteras que ven una luz en el programa para salir de la situación” que atraviesa su país, subrayó Sánchez.