Caracas Al Dia
Domingo 17 de septiembre de 2000. Lionel Andrés Messi camina por los pasillos del Aeropuerto Internacional de Iziza. Está en camino de cumplir su sueño de jugar en un club de Europa, pero la inminente sensación de viajar en avión por segunda vez en su vida todavía le tiene un nudo en el estómago (la primera fue en 1998. Un torneo juvenil con Newell en Perú). De hecho, las turbulencias provocan mareos y vómitos.
Alberto Carmellot || Infobae
Con tan solo 13 años preparó su cuerpo y mente para afrontar una prueba en Barcelona, España. Fabián Soldini, su representante, tiene tres boletos de avión en la mano porque George, el padre, también vuela. Las maletas no son muy grandes y traen más dudas que certezas sobre el futuro de Leo. Presentaron los pasaportes que tuvieron que sacar apresuradamente una semana antes, pasar la aduana y abordar el avión. Kishore se aprieta el cinturón para la que será la mayor aventura de su vida.
Lionel ya se había iniciado en el club Abandardo Grandoli y se había embarcado hacia los clubes infantiles de Newell’s. Formó parte de una categoría 87 que fue reconocida por su buen juego y una gran cantidad de proyectos de futbolistas profesionales. Uno de los primeros en verle fue el exleproso y jugador de la selección argentina Fabián Basualdo, quien ya había comenzado a experimentar en el mundo de la representación de la mano del reconocido agente Ricardo Sleeper. Al mismo tiempo, Soldini, que acababa de recibir su estatus de entrenador, se integró a un grupo empresarial que lo contrató como ojeador en ligas de Rosario (allí atrapó a Nacho Scoco en Santa Fe, la ciudad natal de Hughes).
La mosca que impulsó a Soldini fue su tío Claudio Biancucci (esposo de la hermana de Celia, madre de Leo). Mientras representaba a su hijo Maximiliano, delantero categoría 84 que quedó libre en San Lorenzo y terminó una carrera en el fútbol paraguayo y brasileño, hizo la conexión. “Cuidas bien a los niños, ¿por qué no vienes a ver a mi sobrino, que es un genio?” Él llamó su atención. Los agentes visitaron la propiedad de Newell’s en Bella Vista para observarla.
Fue amor a primera vista: Soldini quedó fascinado. En conversación con Infobae, narró: “Fui a ver un partido de la cartilla local, llegué hace un rato y él estaba jugando. Veo a un enano que hace clic, hace panorámicas, golpea y envía. Cuando escucho a alguien decir que descubrí a Messi, lo niego. Incluso mi abuela, afectada de cataratas, entendió que este niño era un fenómeno”.
No pasaron muchos minutos entre las sorpresas que vio a Leo sobre el césped hasta que concertó un encuentro con Jorge Messi. Se reunieron el sábado siguiente para aprovechar el tiempo libre de Asinder en la empresa metalúrgica, y su padre le hizo dos preguntas: Primero, ni el trabajo social ni Newells querían seguir pagando el tratamiento con hormona de crecimiento que costaba 960 dólares al mes. ; En segundo lugar, la situación económica del país no permitía más y acogió con satisfacción la solución en el extranjero. Hace apenas unos meses, un juvenil leproso de categoría 88 fue reclutado y fichado por el Milán de Italia: Leandro DePetris fue quien inspiró la prematura muerte de Messi.
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