con una espátula
Este viernes, en el juicio a Juan Orlando Hernández, la fiscalía presentó varios cuadernos relacionados con un narco en los que anotaba cada dinero que entregaba, entre otros, a políticos, lo que podría ser la gota que colma el vaso para el expresidente hondureño, juzgado para traficar drogas en Nueva York.
En lo que sería la única evidencia física que tenía la fiscalía de pagos por narcotráfico a políticos y funcionarios hondureños, las drogas fueron incautadas en una redada el 6 de junio de 2018 al traficante Neri Orlando López Sanabria, también conocido como Magdaleno Meza. Policía Militar en División de Cortes (Norte).
Miguel Reynoso, uno de los detectives de la Dirección Antitráfico, testificó este viernes en el juicio al expresidente hondureño, acusado de crear un narcoestado y aceptar millones de dólares en sobornos de narcotraficantes a cambio de protección. Sus protoganistas.
Si es declarado culpable de los tres cargos que se le imputan -conspiración para tráfico de drogas y tráfico y posesión de armas- pasará el resto de su vida en prisión, como ya lo ha hecho su hermano Tony Hernández.
El detective, que huyó de Honduras con el valioso botín, dijo que la libreta, otros documentos, así como armas, dinero (193.220 dólares) y joyas aparecieron en uno de los dos compartimentos ocultos de uno de los tres vehículos. Investigar. Operativo policial realizado en una base militar, perteneciente a Meza.
“Revisamos los cuadernos y los fotocopiamos”. Respondieron a la Fiscalía, “por tráficos relacionados con drogas y otros delitos”, dijo Reynoso.
Entre los destinatarios del dinero estaban los nombres de Tony Hernández y JOH, con el que se conoce al expresidente de Honduras.
“El nombre y lo encontrado me llamaron la atención”, dijo el ex detective, cuya experiencia en el manejo y protección de documentos fue cuestionada por la defensa del ex presidente.
López-Meza fue brutalmente asesinado por pandilleros en una prisión de máxima seguridad de Honduras el 26 de octubre de 2019 luego de que decidiera cooperar con la agencia antinarcóticos estadounidense DEA. Su esposa Erica Bandy corrió la misma suerte.
AFP