El secuestro del padre del futbolista Luis Díaz por parte de guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional, según informó el gobierno colombiano, ha ejercido nueva presión sobre el diálogo de paz que los grupos están llevando a cabo mientras el robo repercute entre el público nacional. opinión e internacional.
El secuestro del padre del Liverpool y jugador de la selección colombiana, Luis Manuel Díaz, ha pasado de ser una cuestión de orden público a una cuestión política.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, aseguró este viernes a la prensa que la “vida del ELN Díaz es responsable” de un acto que va “contra el proceso de paz” y expresó su rechazo al secuestro.
“Hay un deseo expresado por los comandantes del ELN de liberarlo lo antes posible y las horas corren y a medida que pasa el tiempo las condiciones en las que se mantiene al señor Díaz se vuelven sumamente peligrosas”, dijo Petro en Washington, donde agregó dando alianza de america
Hasta hace unas horas, la policía era la encargada de denunciar el operativo que realizaban desde el sábado cuando fue secuestrada. Sin embargo, el jueves el Dr. asumió como portavoz de la delegación de paz del gobierno. informan que tenían “conocimiento oficial” de que los secuestradores eran miembros del ELN y exigió su liberación.
Para Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento del Diálogo de Paz de la Universidad Nacional, el secuestro de Díaz genera un impacto político negativo que aumenta la desconfianza de algunos sectores de la sociedad hacia el ELN, grupo guerrillero fundado en 1964. En cinco ocasiones anteriores se habían intentado sin éxito conversaciones de paz.
Las negociaciones con el ELN se reanudaron en noviembre de 2022 por iniciativa del gobierno de Petro luego de más de tres años de suspensión debido a un ataque explosivo a una escuela de policía que mató a 22 personas.
“No descarto la suspensión del diálogo, que no es una represión, porque debe ser visto positivamente desde el punto de vista de la opinión. “Sería muy negativo para el proceso, y sobre todo para el gobierno, si existiera la sensación de que el secuestro no tuvo efecto”, dijo Vargas a The Associated Press.
Los padres del futbolista fueron secuestrados el sábado por hombres armados en motocicletas en Barrancas, una ciudad de 40.000 habitantes en el norte de Colombia. La madre, Selenis Marulanda, fue rescatada horas después luego de que las autoridades desplegaran un “plan de bloqueo” que permitió bloquear las vías de comunicación de la zona.
El viernes, aviones militares sobrevolaron la Serranía del Perijá, una región montañosa e inaccesible que comparte frontera con Venezuela, para continuar la vigilancia aérea y la búsqueda de Díaz, muy conocido en Barrancas. Entrenando a decenas de niños en una escuela de fútbol.
Elizabeth Dickinson, analista senior en Colombia del International Crisis Group, dijo a la AP que el secuestro de los padres del deportista constituyó un “incidente muy grave” para el ELN, que acordó un alto el fuego bilateral con el gobierno desde el 3 de agosto.
La situación, según él, muestra la importancia de un alto el fuego con un protocolo muy detallado que especifique acciones prohibidas como el secuestro y no deje lugar a interpretaciones vagas.
“La ironía es que el secuestro es una práctica que continúa en muchas partes donde el ELN tiene presencia, como Cesar, Magdalena y Sur de Bolívar. En la mayoría de estos casos, el grupo pide dinero de extorsión y cuando no lo consigue secuestra temporalmente”, dijo Dickinson, quien aseguró que aunque es una práctica reiterada, sólo el caso de Díaz llegó a los medios nacionales e internacionales.
La delegación oficial de paz exigió la liberación de Díaz y advirtió que llevaría el caso al mecanismo de seguimiento y verificación del cese al fuego bilateral. La misión de la ONU en el país que lo verificó indicó la víspera que la denuncia sería tramitada conforme al protocolo y expresó su voluntad de ayudar a resolver la situación.