Después de la votación en el Senado, el tema de la inmigración probablemente quedará de lado en el Congreso de Estados Unidos, aunque seguramente saldrá a relucir en la campaña.
Texto: RFI/AFP
El Senado de Estados Unidos enterró este miércoles el acuerdo bipartidista sobre inmigración, que provocó la ira de los republicanos de línea dura y especialmente del expresidente Donald Trump.
Un grupo de demócratas y republicanos tardó meses en negociar el proyecto de ley con la administración del presidente Joe Biden.
Pero el paquete legislativo, que incluye financiación para Ucrania e Israel, quedó reducido a nada en cuestión de minutos durante una votación de procedimiento en la cámara alta del Congreso.
La mayoría de los republicanos votaron en contra, incluso aquellos que inicialmente lo apoyaron.
Poco después, el líder de la mayoría demócrata, Chuck Schumer, ordenó una segunda votación sobre el proyecto de ley, separada de la reforma migratoria.
Tampoco hay garantía de que esta opción avance en el Congreso, la más ineficaz de los últimos tiempos, pero los demócratas han tratado de impedir que los republicanos muestren sus cartas.
El texto de las primarias se debilitó después de que Donald Trump, el favorito republicano para la nominación presidencial para las elecciones de noviembre, lo matara.
“Sólo un idiota o un demócrata radical de izquierda votaría por este horrible proyecto de ley fronterizo”, afirmó en su red social Truth.
Y la influencia de Trump en el partido es innegable.
Tras la votación en el Senado, es probable que el tema migratorio quede de lado en el Congreso, aunque estará muy presente durante la campaña presidencial, que podría volver a ser una contienda entre Biden y Trump.
Un día después de ser humillados en la Cámara de Representantes, los republicanos no consiguieron votar.
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Estados Unidos: “Una nación dividida”
Los conservadores han fracasado en sus esfuerzos por abrir un juicio político contra el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, a quien culpan de la crisis migratoria a lo largo de la frontera con México. Y tienen una estrecha mayoría de escaños.
Algunos republicanos votaron en contra junto con los demócratas, pero la verdadera diferencia fue la llegada inesperada de un congresista.
En mitad de la votación, el demócrata Al Green llegó en silla de ruedas, descalzo y con una bata de hospital, pese a recuperarse de una operación de estómago, para expresar su apoyo a Mayorkas.
En otra encuesta parcial se produjo su segunda derrota contundente.
Los conservadores intentaron dar a Israel 17.600 millones de dólares en ayuda por separado, separándolo del paquete que incluía financiación para Ucrania y la seguridad fronteriza. En vano.
“Lo que pasó aquí fue un desastre”, dijo a los periodistas el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, un asistente de Trump.
“La nación está dividida (…) ahora mismo el abismo entre los dos partidos es mayor que nunca”, añadió.
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