La venezolana Yadira Pérez decidió inyectarse biopolímeros en sus glúteos en 2007 con la intención de agrandarlos y así complacer a su novio, quien estaba obsesionado con la idea de que ella tuviera un trasero grande; Pero mientras lo hacía, la mujer enfrentó una terrible experiencia de dolor insoportable que soportó durante 16 años, hasta que finalmente pudo extraer la sustancia.
“Estas bolitas son biopolímeros”, dice Pérez, señalando una fotografía del tejido que el cirujano extirpó hace cuatro meses. El criollo señala unas esferas viscosas y amarillas.
El fotógrafo venezolano de 43 años describió lo que le provocaba su constante dolor. “Algunas de estas bolas estaban incrustadas en mi glúteo derecho. Me causaron un dolor insoportable”, dijo.
Todo para complacer al novio.
Aunque Yadira se consideraba bastante atractiva y con un cuerpazo, su novio quería más. Ella dice que estaba obsesionada con la idea de tener caderas grandes. Él quería complacerla entonces.
En el momento en que tuvo su primera regla, después de inocular los biopolímeros, sus nalgas se pusieron rojas, duras y calientes. La mujer ni siquiera podía sentarse correctamente. Desde entonces, cada vez que menstrúa sufre los mismos síntomas.
Los biopolímeros son materiales sintéticos que ayudan a aumentar el tamaño de las caderas, los senos y los labios.
En 2021, 14 años después de la operación estética, las autoridades del país vetan el uso de “sustancias de relleno” en este tipo de intervenciones. También está prohibido en otros países como Colombia, México y Brasil.
Debido a que una gran cantidad de estos procedimientos se realizan de manera encubierta, no existe un número global exacto de mujeres a las que se les inyectan biopolímeros.
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La BBC intentó contactar al salón de belleza de Caracas donde Yadira aplicó el biopolímero. Pero no obtuvo respuesta.
Finalmente, después de años de un proceso complicado y doloroso, Yadira pudo extraer la “pequeña bolita” y toda la sustancia de su cadera. Ahora insta a otras mujeres a no utilizar biopolímeros.