En su mensaje a la ciudad y al mundo (Urbi et Orbi), el Papa Francisco expresó este domingo que la paz nunca se hace con las armas, sino extendiendo la mano y abriendo el corazón.
Durante su bendición Urbi et Orbi, pronunciada al mediodía de este domingo de Pascua, minutos después de finalizar la Santa Misa que presidió, el Sumo Pontífice llamó a encontrar “caminos de paz, de reconciliación, de fraternidad”.
Se refirió a las “víctimas de muchos conflictos” y a las “poblaciones martirizadas” en las guerras, particularmente en Ucrania y Palestina, y reiteró su llamamiento a la posibilidad de un acceso humanitario a la Franja de Gaza, donde ya han muerto más de 32.000 personas en los ataques israelíes. .
Dijo que no se permitirá que las hostilidades en curso sigan afectando a la población civil, especialmente a los niños, y lamentó “cuánto sufrimiento vemos en los ojos de los niños” que, dijo, se han olvidado de sonreír” y “preguntarnos en sus ojos” porque hay tanta muerte y destrucción”.
Reiteró que la guerra es siempre ilógica y una derrota, al tiempo que pidió la liberación de los rehenes secuestrados por Hamás el 7 de octubre de 2023, así como un intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania.
También mencionó a Siria, “que sufre desde hace trece años las consecuencias de una guerra larga y destructiva”, así como al Líbano, afectado por la crisis provocada por la compleja situación en su frontera con Israel.
Habló de las negociaciones en los Balcanes Occidentales, así como entre Armenia y Azerbaiyán, a pesar de sus diferencias étnicas, culturales y confesionales, y deseó que “con el apoyo de la comunidad internacional puedan continuar el diálogo y alcanzar un acuerdo de paz final”. “.
Pidió el fin de la violencia en Haití para que el país pueda “avanzar hacia la democracia y la fraternidad” y habló de la crisis humanitaria de los rohingya y abrió el camino a la reconciliación en Myanmar.
En el continente africano, enumeró los problemas en la región del Sahel, la República Democrática del Congo y otras naciones de la región.
Finalmente, el Papa Francisco condenó “cuántas veces se desprecia el precioso bien de la vida” y “cuántos mueren de hambre, de falta de cuidados necesarios o de abusos y violencia”, así como el “creciente comercio de personas”. Y pidió la acción de “quienes tienen responsabilidad política”.