Madres, esposas y hermanas de ciudadanos detenidos en Toquito han expresado preocupación porque algunos están sufriendo episodios de ansiedad, estrés y pérdida del conocimiento. A algunos de ellos supuestamente se les administró diazepam “para calmarlos”, según testimonios de reclusos y funcionarios penitenciarios.
Según familiares, por efectos de ansiedad, ataques de pánico y otros problemas de salud mental, algunos reclusos se encuentran recluidos en el Internado Judicial de Carabobo, también conocido como Reclusorio de Toquito. El suministro de diazepam a los presos fue condenado incluso por sus allegados y funcionarios del centro de vigilancia penitenciaria de Venezuela.
Según un comunicado de prensa del OVP, cientos de personas detenidas durante la represión postelectoral permanecen en sus celdas las 24 horas del día, sin acceso a actividades deportivas ni a la luz del sol. Estas condiciones de reclusión, denunciadas por familiares, han creado ansiedad, ataques de pánico y otros problemas de salud mental entre los presos.
Según sus familiares, a los reclusos sólo se les saca de sus celdas durante las visitas semanales, que duran unos 35 minutos. Luego de una denuncia pública realizada por el OVP, los familiares pudieron despedirse con abrazos, aunque algunos no pudieron asistir regularmente por las dificultades económicas que implicaba el traslado de un estado a otro.
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Durante la última visita, madres, esposas y hermanas expresaron su preocupación porque algunos internos padecían episodios de ansiedad, estrés y desmayos. A algunos de ellos supuestamente se les administró diazepam “para calmarlos”, según testimonios de reclusos y funcionarios penitenciarios. Familiares indican que los ven durmiendo.
Los familiares también informaron que, luego de llegar de visita, a algunas madres les informaron que no podrían ver a sus seres queridos porque se encontraban en la enfermería. La única explicación que recibieron fue que los prisioneros habían entrado en pánico y estaban siendo tratados. No obtuvieron detalles sobre lo que realmente estaba sucediendo ni sobre el estado físico de los prisioneros.
Diazepam en Tocuyito
Es un fármaco utilizado principalmente como ansiolítico, relajante muscular y anticonvulsivo, según un médico consultado por el equipo de OVP. Su administración requiere prescripción médica y supervisión médica debido a sus efectos y potenciales riesgos para la salud.
“Una persona a la que se le está administrando diazepam debe pasar por múltiples evaluaciones médicas, pruebas de laboratorio, evaluaciones físicas y hasta psicológicas, para determinar si está en condiciones de tomar el medicamento”, dijeron al OVP los familiares, según la denuncia interpuesta allí. No hay indicios de que quienes recibieron diazepam hayan tenido una evaluación médica completa.
“Un funcionario de prisión nos contó cómo los chicos se desesperan por dentro, se desmayan y lo único que hacen es ponerlos a dormir. Incluso nos dijo que nos presentáramos en el Ministerio de Servicio Penitenciario porque no estaba bien. Tenemos miedo de que les pueda pasar esto, tenemos miedo de que esta droga los mate o que intenten salvar sus propias vidas”, dijo una madre.
Dependencia y daño severo al sistema nervioso.
El médico advirtió al OVP que el uso indiscriminado de diazepam puede provocar dependencia, además de graves daños al sistema nervioso central. “Este medicamento está contraindicado para personas alérgicas a las benzodiazepinas, con problemas respiratorios graves, insuficiencia hepática y antecedentes de consumo de drogas. También para personas con depresión severa, porque sus síntomas pueden empeorar”, explicó el médico.
El experto recomendó que los reclusos que se desmayen o tengan lo que creen que son ataques de pánico sean trasladados de inmediato a un centro de salud. Es importante evaluarlos por expertos.
El OVP solicitó a los familiares solicitar una evaluación médico forense para aclarar si existían recetas suficientes para suministrar el medicamento. En la misiva se reiteró que los privados de libertad en el penal de Tokuito tienen derecho a la educación continua, al deporte, a la recreación e incluso a la violación. También el acceso a la luz solar, que puede tener graves consecuencias para tu salud.
Estos derechos están consagrados en el artículo 46 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, cuyo artículo 1 establece que ninguna persona será sometida a penas, torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. El artículo 2 establece que ninguna persona será sometida a experimentos científicos o pruebas médicas o de laboratorio sin su libre consentimiento, cuando su vida esté en peligro o debido a otras circunstancias prescritas por la ley.
Venezuela es signataria de instrumentos internacionales que también protegen estos derechos, por lo que la situación actual representa una violación sistemática de estas leyes y tratados por parte del Estado venezolano, detalla la carta.
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