Durante más de cuatro kilómetros, el candidato presidencial Edmundo González y la líder opositora María Corina Machado, pese a las dificultades de movilidad impuestas por la alcaldía y el gobierno, saludaron a quienes se congregaron en la capital carabobeña con un convoy de campaña en las avenidas Bolívar y Cedeño para controlar el partido gobernante.
Foto: Luna Perdomo y Víctor Amaya Vídeo: Víctor Amaya
Valencia amaneció el sábado asediada. La vía de acceso al centro capitalino de la distribuidora y Carabobo, donde María Corina Machado y Edmundo González convocaron a sus simpatizantes para reunirse en la avenida Cedeño, presentaba retenes policiales. Fuera del radio urbano, la policía de Carabobo y, en algunos casos, agentes de la Policía Nacional Bolivariana también instalaron puestos de control en las carreteras como barreras para limitar el tráfico.
“La policía nos está deteniendo. Pusieron arena en la avenida Branger para que no pudieran pasar coches ni personas. El distribuidor se encuentra bloqueado por la policía municipal de El Trigal. La policía de Carabobo también está bloqueando el frente del Parque Negra Hipólita. “Nos hizo difícil enfocarnos”, dijo Rubén Castro. Los automovilistas dicen que ponen dificultades a los conductores de vehículos de dos ruedas en los puestos de control, supuestamente exigiendo documentos “para controlar y evitar delitos”.
María Corina Machado pasó al menos cuatro controles policiales o cerró casetas de peaje hasta llegar a Valencia en moto debido a la situación. Allí se reunió con González Urrutia para abordar la camioneta que los llevaría por la avenida Bolívar, hasta doblar por el callejón Arismendi hacia la avenida Cedeño. El recorrido total es de 4,2 km.
Con mucha gente en el lugar y algunos despejando a otros, fue un gran evento. La multitud recibió al candidato presidencial de la Plataforma Unitaria, Edmundo González Urrutia, quien estuvo acompañado de su esposa Mercedes López y la líder opositora María Corina Machado. La gente los saludaba, levantaba las manos para intentar tocarlos, les lanzaba rosarios y bendiciones, y cargaba a niños y enfermos para que el fundador de Vente Venezuela pudiera tocarlos.
En el camino, comercios a pie de calle detuvieron sus operaciones para saludar la salida de la dirigencia opositora y tomar fotografías o videos. “No se enviará hoy”, anunció Ramiro Menéndez con una sonrisa en su refrigerador. “Al menos hasta que terminen de pasar para poder verlos y saludarlos como es debido”, concluyó. Por la avenida Bolívar, Luz Ypez ni siquiera necesita aclarar: cuando un cliente desprevenido lo ve en la puerta del establecimiento, no en el mostrador, con el teléfono en la mano y los brazos en alto, lo entenderá.
“Naguevoná el poco e' gente” es una expresión que el equipo de Talkual escuchó al menos cuatro veces. Les sorprendió lo que se consideró la manifestación de oposición más concurrida en al menos una década. “Hace mucho que no se ve y creo que ahora está más grande que nunca”, afirmó Alberto Nandez desde la azotea de la estación Cedeño del Metro de Valencia. .
Muchos otros han intentado lo mismo, utilizando balcones de edificios, ventanas residenciales, áreas comerciales de pequeños centros comerciales e incluso árboles, muros y semáforos. Saludo a los servicios de infraestructura urbana. La respuesta fue el gesto de Edmundo González y hasta recibir un beso en el aire por parte de María Karina Machado.
El calor pasó factura durante el recorrido. Al menos una persona se desmayó en la avenida Cedeño, un anciano que esperaba ver de cerca al líder opositor, pero la multitud le complicó el momento. Fue auxiliado por varios vecinos en una panadería, sin mayores consecuencias.
“Esta es la mejor demostración del abuso de estos idiotas”, dijo Luis Navas mientras la multitud lograba sortear los obstáculos que se registraban en la ciudad desde la mañana, mientras la alcaldía también activaba al equipo del Plan Búho para denunciar. Los sistemas urbanos que, combinados con el gobierno, hicieron casi intransitables un gran número de caminos que alimentaban la vía principal, Bolívar y Cedeño.
Janet Arismendi, acompañada de sus dos hijas, salió a expresar su apoyo al candidato presidencial opositor, pensando en su tercer hijo, el mayor, que emigró por Darién y a quien no veía desde hacía más de un año. “Siento que el país ha despertado tarde, pero gracias a Dios ha despertado”, afirmó. Más tarde, los dos hombres se volvieron a encontrar en la manifestación y se saludaron calurosamente, sin saber uno que el otro había regresado a su ciudad natal para mirar y votar. “Era un viaje planeado, pero voy a aprovechar que les cobran para obligarme a irme”.
Los vendedores de banderas intentaban matar. El formato más vendido fue el más pequeño, que iría montado en el retrovisor de la moto. “Estamos activos con María”, se rió Freddie Quintero encima de su Bera, con una pequeña bandera en cada extremo de su manillar. Pero ese no fue el único artículo a la venta: Ana García vendió al menos seis camisetas con el rostro del líder opositor. “La primera vez que los traje y creo que quedaron bien.” Cuestan cinco dólares.
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Pancartas caseras adornan el espectáculo, encabezadas por el ex alcalde Enzo Scarano para indicar el recorrido y allanar el camino, además de banderas de tela e incluso globos de colores. Había símbolos partidistas en banderas, camisetas y gorras, pero el que más se repitió fue el tricolor. Como el papel del candidato presidencial y la camioneta del dirigente, una camioneta o motocicleta con dirigentes del partido: Delsa Solórzano, Luis Florida, Juan Pablo Guanipa, Roberto Henríquez y Robert García, entre otros.
Después de una larga manifestación, en la que la gente caminó una cuadra con “carrozas” -como la llamó un peatón- y vehículos motorizados completaron el ruidoso recorrido, Edmundo González se bajó de su camioneta cerca de la avenida Cedeño. En el sitio, Machado aprovechó para caminar unos metros más hasta la altura de los electores. “Vamos a ganar”, repitió una y otra vez entre vítores, abrazos y súplicas de que el cambio pueda llegar a Venezuela ya.
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