Junto a las primeras gaitas, de las que hay constancia, dedicadas a San Sebastián, que en 1660 registra el Arzobispado, aparecen cuatro formas de fabricar gaitas, pero todas ellas buscan reuniones familiares y celebraciones de Semana Santa.
Justo Montenegro, popular cultista juliano y gaitero tradicional, revoloteando entre una montaña de libros, explica que las versiones sobre los orígenes de la gaita juliana son tan ricas y variadas como el género mismo.
“Los profesores Acevedo Matos Romero y Francisco Arrieta, en un estudio realizado sobre el origen de la gaita juliana, confirmaron que nuestro género musical nació alrededor de 1660, y que fue Humberto “Mamaota” Rodríguez quien señaló que La puerta de entrada al territorio que luego conocimos como Julia y esa puerta fue Gibraltar”, afirmó el músico e investigador.
Cuatro gaitas
La palabra gaita nació del uso de piel de chivo o de chivo, con la que se cubrían los surcos y tambores, en alusión al mismo material con el que se elaboraba el cuerno o flauta, alimentado a través de una bolsa de cuero. con aire, que al presionarlo emite sonidos característicos, como la gaita escocesa, la gaita gaélica o la húngara.
Las cuatro gaitas son el furo o maracaibera, la más comercial y la que todos conocen y cantan; Gaita de Santa Lucía, Gaita de Periján y Gaita Tumbara. Estos son los géneros que ya han creado el crisol cultural juliano al tropicalizar el término a través del ring.
Montenegro los describe uno a uno: “El furo o gaita maracaibera es uno que todos cantamos y que ha recorrido el mundo, identificándose mucho con la época navideña; Gaitas de Santa Lucía, que tiene un coro específico y comienza a mediados de diciembre mientras los cantores honran a la santa.”
Esta forma de tocar la gaita es exclusiva de la zona norte de la capital de Julia, barrios como Santa Rosa de Agua y la propia parroquia de Santa Lucía.
“Tenemos la gaita periza, un conjunto de diferentes sonidos como la gaita enrollada, la guacharaca y la jamba, en esas zonas de San José de Periza, San Isidro y Julia Oeste, cerca de la precordillera. Montañas de Perijá”, explicó el cultista.
Finalmente, dejó al descubierto la gaita tambor, “que es común al sur del lago y que fue recuperada en investigaciones realizadas por Juan de Dios Martínez. Se tocan con un tambor grande de dos cabezas, un tambor pequeño, maracas y los cantan mujeres.”
primero a dios
Musicalmente, la gaita juliana muestra la etnia de la que es originaria por su instrumento, ya que es una combinación de instrumentos africanos, indios e ibéricos.
Nuestro furo, que en España llaman Zambumba, acompaña los villancicos madrileños con su guitarra, que aquí se convierte en cuatro; Las maracas y la charrasca son de indiscutible origen ancestral indoamericano, y el tambor, el último en sumarse a la fiesta, es de origen africano.
En los primeros tiempos, las gaitas cantaban a los santos, y con la llegada de las ideas liberales, se cantaron versos en honor a la valentía de Ana María Campos al desafiar al radical Morales.
Básicamente, los ritmos pascuales se interpretaban en las iglesias; Hasta que un día, el padre José Tomás Urdaneta, encargado de la parroquia de El Empedrao y donde reposaba la imagen de Santa Lucía, sacó del templo a los agitados gaiteros y sacó las gaitas a las calles.
Protestona. La gaita, como todo lo demás, siempre ha estado rodeada de un aura de misticismo, galimatías y protesta.
En los lejanos días en que los afrodescendientes cosechaban caña de azúcar para sus amos en Gibraltar, el principal puerto de esa región al sur del lago de Maracaibo, se escuchó al primer proto-Gaita protestante.
“La gaita nació con responsividad y fe, porque cuando unos le cantaban a San Sebastián en Maracaibo; Al sur del lago, en la hacienda Santa María, un negro llamado Simón, protestando por el maltrato que recibía de su jefe, improvisó los primeros versos a modo de gaitas amotinadas y desafiantes.”
Trescientos años después, un cantante, hijo del error común de nuestro país, pasará a la inmortalidad con una canción de verdadera protesta popular, que se hizo famosa tras la muerte de Ricardo Aguirre: La Gray Juliana.