Los conductores de ambulancias privadas que brindan asistencia a la red pública pasan horas haciendo cola en las estaciones de servicio porque no reciben asistencia de los gobiernos regionales o gasolineras dolarizadas. Confirmaron que los vieron de negro.
Barquisimeto. Sobre la avenida Las Palmas, junto al Hospital Central Antonio María Pineda Barquisimeto, esperan 12 ambulancias tipo UCI en pleno funcionamiento que no pertenecen al sistema público. Sin embargo, todos los días Apoyar al gobierno regionalA través del Departamento de Salud, Hospital Central Antonio María Pineda o Hospital Pediátrico Agustín Jubilaga, sin costo.
Pero la ayuda no fue mutua, especialmente en este momento. Escasez de combustible lo que ha afectado a varios puntos del país, pero con mayor severidad al estado Lara.
comentó Ender Perdomo, el conductor de una de estas ambulancias Crónica uno Tienen que hacer cola como cualquier otro coche privado. Considera grave esta situación porque al ser una ambulancia no les dan ninguna prioridad.
Estamos en la misma fila y los que están sufriendo son los pacientes porque cuando necesitan un traslado, estamos en fila en cualquier estación de servicio. No nos apoyan”, dijo Perdomo.
Mencionó que Gobernación de Lara No coopera para repostar gasolina en las estaciones subsidiadas, y en la mayoría de las estaciones de servicio dolarizadas no les dan prioridad, aunque pagan por cada litro.
Aseguró que solo dos estaciones de servicio tuvieron la cortesía de pasar sin hacer fila: Churum Meru y Estación de Servicio del Este, no así el resto de las estaciones de servicio.
Sobre esa base perdimos la unidad de emergencia. Llegamos a la estación de servicio y no nos avisan. Esto le pasó a varios compañeros, incluso con un paciente a bordo, cosa que no debemos hacer pero quizás la única razón para que nos suministren combustible, y no nos lo dijeron”, lamentó el profesional de la salud.
Añadió que Una estación de servicio donde esto sucede mucho es San Luis I, Ubicado en Avenida Bracamonte con Avenida Venezuela.
Estas personas se niegan rotundamente a cooperar con las ambulancias, sabiendo que vamos a pagar la gasolina. No nos dicen, no, no, hagan cola porque es un carro particular”, lamenta Ender Perdomo.
Mencionó que durante la epidemia tuvieron que llevar a un paciente en muy mal estado y se dirigían a Sarare en el municipio de Simón Planas. Su pareja se detiene para cargar gasolina y le dicen que no. Él argumenta que En la estación de servicio tienen poca simpatía Y no cooperan con la ambulancia.
Ya nos hemos olvidado de la gasolina subvencionada porque el apoyo es nulo y afecta directamente a los pacientes El 97% de las unidades involucran vehículos grandes y de alto consumo de combustible en movilidad”, dijo.
Apoyo sin reciprocidad
Rafael Rojas, coordinador del sistema de ambulancias privadas, negó que el costo de los traslados fuera alto pese a la falta de acceso a gasolina subsidiada en algunas estaciones de servicio controladas por el gobierno del estado Lara.
No pertenecemos a hospitales. Estamos aquí como un punto de control, pero brindamos apoyo al 911 en el hospital a través de la oficina de gestión social, a veces el jefe de seguridad interhospitalaria nos pide apoyo, el gobierno. Brindamos este tipo de ayuda a costo cero”, informa Rojas.
Un ejemplo más reciente es un accidente de tráfico en La Riberena con politraumatizados, donde el 95% de las ambulancias eran privadas.
El 911 brindó poca ayuda. Confirmaron que Octavio Urosa, comandante de la Unidad de Respuesta Inmediata, URI, los apoyó con gasolina para algunas unidades, pero no todo o todo el tiempo. Insistían en que se convirtiera en el único oficial, porque el gobernador Adolfo Pereira no hizo comentarios.
Aunque soy una ambulancia privada, hay algo definido en la ley. Alivio excluido. No es solo la gasolina la que está soportando el accidente, está usando el suministro desechable de la unidad. Solo ves pasar dos ambulancias, cada una con dos paramédicos, y nadie la reconoce”, dijo Rojas.
Este sistema de ambulancia tipo UCI se desarrolló debido a la necesidad de trasladar pacientes en estado crítico a diversos centros de salud del estado Lara, tanto públicos como privados.
La red pública de ambulancias tiene ambulancias muy rudimentarias y solo hay de 20 a 25 unidades. Protección Civil Lara dispone de un vehículo básico. Hay una parroquia extranjera, pero siguen siendo básicas.
Estamos decepcionados porque hay algunas semanas en las que no hacemos transferencias privadas, sino que todos apoyan la red pública. Nosotros también tenemos familias y tenemos que llevar comida a nuestras casas y por eso nos sentimos mal, porque muchas veces no tenemos con qué llevarnos”, lamentó Rafael Rojas.
Costo de mantenimiento
El costo de mantenimiento de la ambulancia es alto. Un cambio de aceite cuesta alrededor de $60 y este servicio debe hacerse en muy poco tiempo ya que es un vehículo que se transporta mucho.
El tanque de la ambulancia pequeña es de 100 litros, es decir, la gasolina 50 dólares, la botella de oxígeno 20 dólares para recargar, la caja de guantes desechables cuesta 10 dólares, sin contar gasas ni medicamentos.
A esto se suma el resto de un turno. Explicaron que por al menos un traslado básico, que cuesta $40, el paramédico cobra $4,50.
“¿Qué vas a comprar con eso?” Los afectados se preguntaron, ya que ese paramédico vive en el municipio de Duaca, Crespo, ¿cuánto gasta en boletas? Además, debe traer el desayuno y el almuerzo.
No es culpa del paciente, no es culpa nuestra, sino de la realidad por la que atraviesa el país. Todos los servicios están cayendo, el sector público no funciona y el sector privado no puede ajustar el costo real de la situación, porque el país no está preparado para eso”, dijo Rojas.
Los traslados a estas ambulancias cuestan $40 para la primaria, $60 para la intermedia y $80 para la más cara, completa.
Lo siguiente es un servicio de UCI con médicos, equipos, oxígeno, desechables. “Pero todo esto es como una bola de nieve, los altos costos y la escasez de combustible nos han afectado mucho”.
Luchan contra corriente pero continúan, día tras día, en la profesión.
Finalmente, Rojas enfatizó que “somos guerreros, hasta estamos acostumbrados a la improvisación porque es parte de nuestra profesión e idiosincrasia como paramédicos y así lo hacemos con nuestra vida”.
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