El panorama político de Venezuela se ha vuelto complejo y lleno de interrogantes este año electoral. Se desconoce el futuro de las elecciones presidenciales, la participación de Nicolás Maduro y la posibilidad de María Corina Machado como candidata opositora, que marcará el inicio de 2024.
Desconocido sobre las elecciones.
Aunque se prevé que las elecciones presidenciales se celebren en la segunda mitad de 2024, las autoridades electorales aún no han formalizado la fecha. Las conversaciones mediadas por Noruega entre el Gobierno y la oposición han establecido esta posibilidad, condicionada al apoyo de observadores internacionales y a la apertura de elecciones transparentes para levantar las sanciones económicas de Washington.
La incertidumbre rodea a Maduro
El actual presidente Nicolás Maduro no ha confirmado su candidatura a la reelección. Aunque ha insinuado su implicación, aún no ha dado una respuesta definitiva. Su papel en el partido gobernante, el PSUV, parece ser una “muestra sindical” en un contexto político interno marcado por divisiones y una imagen en decadencia.
El desafío de María Karina Machado
La opositora María Corina Machado, que ganó las primarias con un apoyo abrumador, enfrenta una prohibición de 15 años de inelegibilidad para cargos públicos. A pesar de su apelación ante el Tribunal Supremo, persiste la incertidumbre sobre su participación legal en las elecciones, lo que arroja dudas sobre la unidad y la fuerza de la oposición en las elecciones.
Contexto económico y expectativas
La situación económica de Venezuela muestra señales mixtas. Pese a las proyecciones de un crecimiento del 4,5% en 2023 según la CEPAL, hay estimaciones revisadas que apuntan a un posible estancamiento. La economía, fuertemente afectada por la recesión y el colapso del petróleo, se ha recuperado ligeramente con la desregulación, aunque ha persistido una inflación elevada.
Un año electoral en Venezuela presenta una situación compleja con desafíos políticos y económicos. Pide garantizar la transparencia y la apertura en el proceso electoral para fortalecer la legitimidad de los resultados. Las autoridades deben centrarse en promover un entorno inclusivo que permita la participación de todos los actores políticos, evitando barreras irrazonables a la participación de los candidatos. Además, se recomienda mantener una visión equilibrada y cautelosa de las expectativas económicas considerando el impacto de las elecciones en la estabilidad del país.