con una espátula
“Hemos puesto fin a las estructuras criminales que existen en las cárceles”, anunció el viernes el ministro del Interior venezolano, Remigio Ceballos, al término de un plan de intervención penitenciaria iniciado en septiembre para rescatar a siete personas. Cárceles donde operan pandillas…
Sin embargo, algunos expertos penitenciarios lo consideran un “espectáculo” y condenan un plan sin estrategia negociado con las pandillas.
-Cárceles de Autogestión-
Tocorón en el estado Aragua (centro-norte), y el más famoso, fue el primero de los siete castigos en ser recuperado.
Más de 10.000 policías y soldados apoyados por tanques y vehículos blindados se movilizaron para intervenir en esta prisión. Allí estaba la base de operaciones del Tren Aragua, una de las organizaciones criminales más grandes de Venezuela que extendió sus tentáculos a varios países latinoamericanos, entre ellos Colombia, Chile y Perú.
La pandilla, surgida en 2014, pide a la población carcelaria que le dé una “razón”, pidiéndoles que paguen una tarifa de 15 dólares semanales, que les permite mantener toda una infraestructura dentro de la prisión: piscinas, bares, discotecas, zoológicos. … y siguen trabajando en actividades mafiosas “clásicas”: secuestros, robos, drogas, prostitución e incluso minería.
Luego se convirtió en un ejemplo de prisión “autogestionada”.
El sistema ofrece “una fuerza laboral fácil de reclutar”, enfatiza Rona Riskage, autora de “El Tren Aragua: La pandilla que revolucionó el crimen organizado en América Latina”.
Al igual que Tokron, en otras seis cárceles se descubrieron drogas, armas, un estudio de grabación y otras piscinas. También se practicaba extorsión mediante amenazas de muerte y pago de rescate.
Las cárceles estaban dirigidas por un “pran”, como se conoce en Venezuela a los líderes de los reclusos.
Y si bien este estricto control sobre las prisiones existe desde hace mucho tiempo, los expertos coinciden en que el gobierno ha tardado en intervenir debido a la falta de recursos y voluntad política para luchar contra la corrupción.
– ¿Por qué en este momento? –
El director de la ONG Observatorio Penitenciario de Venezuela (OVP), Humberto Prado, señaló que estos operativos podrían ser un intento de “distraer la atención” porque coincide con publicaciones recientes de la ONU sobre violaciones de derechos humanos. En Venezuela.
Según él, el gobierno hizo un “espectáculo” sin estrategia alguna y lamentó que las cárceles hayan sido restauradas tras negociaciones con las pandillas. Según Prado, los líderes de la banda huyeron luego de ser alertados sobre el allanamiento.
“Es bueno que la mafia penitenciaria (…) haya sido abolida y no muestre dónde están los detenidos?” pregunta Prado.
Riskage, por su parte, ve razones “políticas”, ya que se acercan las elecciones presidenciales de 2024 y el presidente Nicolás Maduro busca sacar a Venezuela de su aislamiento.
Además de “cuestiones de seguridad en la campaña electoral”, Maduro busca “quizás el reconocimiento y la legitimidad” de otros potenciales aliados regionales, en particular Colombia y Brasil, que se han inclinado hacia la izquierda, sostiene Riskage.
Lo ocurrido en las cárceles de Venezuela tuvo consecuencias “en países como Perú, Chile, Colombia, con la presencia del tren Aragua y otros grupos”, destacó.
– ¿Y el futuro? –
El “éxito total” del que se alegra Maduro también corre el riesgo de una mayor superpoblación en las cárceles de Venezuela, que albergan a 54.000 reclusos en 80 prisiones, incluidos 9.000 en instituciones intervencionistas, según datos oficiales.
La sobrepoblación penitenciaria es del 164% y “se va a disparar”, sostiene de forma alarmante Prado, señalando que el 70% de los reclusos están “infraprocesados”.
Las cárceles de Venezuela podrían volver a ser escenario de masacres y disturbios que podrían derivar en derramamiento de sangre, como ocurrió a finales del siglo XX, advirtieron expertos.
La toma de la prisión “no significa que la organización haya terminado, porque la organización son las personas y estas personas no son arrestadas”, advierte Riskage.
Parece, sin embargo, que el Estado ha asestado un duro golpe a las pandillas al privarlas de su base de reclutamiento y de su prestigio: desde donde pude extorsionar a los reclusos hasta 3,5 millones de dólares semanales, Riskage.
AFP