El presidente chavista de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, anunció este martes 30 de enero que se reunirá con los precandidatos el 5 de febrero para programar las elecciones presidenciales en Venezuela.
Si bien este acto es coherente con las competencias electorales, a través del Consejo Nacional Electoral (CNE), el vocero del chavismo reveló a la AN en la mesa de diálogo: “Mucho antes del 18 de abril, y por consenso, por primera vez en la historia de esta república, El presidente de todo el pueblo de Venezuela preparará cronograma electoral.
Sobre la decisión de la Corte Suprema de Justicia y la respuesta de Estados Unidos al reanudar las sanciones a la industria petrolera, aurífera y gasífera de Venezuela, Rodríguez dijo: “Tienen hasta abril, dicen, ahorren tiempo, yanquis. Porque la decisión soberana tomada por la Sala Político Administrativa del TSJ al activar un proceso desarrollado en el marco del Tratado de Barbados, que fue elaborado por la delegación opositora a la Plataforma Unitaria, y que dicta que la decisión de esa Sala debe ser respetada , sea quien sea, si la extrema derecha es la única decisión, ¿para qué tener un tribunal?
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, anunció previamente que “Estados Unidos no renovará la licencia” que brinda alivio al sector de petróleo y gas cuando expire el 18 de abril de 2024, calificando al gobierno de Maduro de “chantaje grosero e injusto”.
Rodríguez indicó que la propuesta sería remitida al Consejo Nacional Electoral (CNE), quien tiene la facultad de convocar a la elección.
Según Rodríguez, en las conversaciones participarán no sólo los candidatos prepresidenciales, sino también dirigentes políticos, entre ellos empresarios, docentes y agricultores.
En octubre, el gobierno y la oposición firmaron un acuerdo para celebrar elecciones en la segunda mitad del año, supervisadas por la Unión Europea. Washington, muy presente en las conversaciones, relajó las sanciones pero las condicionó a la liberación de los presos políticos y al establecimiento de garantías electorales, incluida la aprobación de la oposición.