Caracas Al Dia
Fue condenado a diez años de prisión por contactar con la trama asturiana a la célula yihadista del 11M que facilitó los explosivos. Tras salir de prisión, fue extraditado a Marruecos en 2014, donde cumplió una nueva condena por tráfico de drogas. Rafa Zouhier (Casablanca, 1979) es padre de dos hijos, a los que no ve -se queja amargamente- desde hace cinco años tras su separación de su esposa, una ciudadana española. En conversación telefónica con LA RAZON desde Marrakech, sigue defendiendo su inocencia y repite incansablemente que advirtió sobre la venta de explosivos. “No temo ni a la muerte ni a la prisión”, afirma tajantemente.
debido a
Veinte años después del ataque, ¿se arrepiente de algo?
Lamento no haber podido detener a Treshorus sin confiar en Benemerita para hacer su trabajo. A los veinte años, después de que me dijeran que todo estaba bajo control, creí que sí. Finalmente me di cuenta de que ese no era el caso y lamento no haber podido detenerlo personalmente.
La sentencia supone que usted no sabía que la célula islamista estaba planeando el atentado de Madrid, pero que era consciente del “potencial terrorista” de Jamal Ahmedan, “El Chino”, y de que se podían utilizar explosivos en actos terroristas. Usted lo niega, pero ¿pensó que entonces se usarían explosivos?
Cuando informó entonces de los explosivos a la Benemérita, pensó que no se utilizarían para siempre. Pero también está claro que si usted denunció reiteradamente a lo largo de 2003, meses antes de la masacre, que se iban a vender explosivos, creyó que se dejarían de vender explosivos. Soy un delincuente, un vendedor de hachís y no quería que pasara nada, porque afecta a mi negocio, a la zozobra social y a la gente, porque se mata a gente inocente. Estaba claro que no era necesario.
Aunque como confidente informó a la Guardia Civil en marzo de 2003 de que Tesoros Suárez y Antonio Toro querían vender 150 kg de Goma 2, nunca antes del 11M advirtió de su contacto con “El Chino”.
No me considero confidente de la Guardia Civil. Advertí sobre los explosivos y veinte años después nadie dice lo contrario.
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