Este 27 de marzo de 2024, Miércoles Santo, los fieles católicos presenciaron una vez más el ritual del “Arrastre de Caudas”, o conocida como ceremonia de la “Sena” en la Basílica Catedral de Menorca Santa Ana, ubicada en el estado de Coro (municipio Miranda) Halcón. .
El Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de Coro, Monseñor Víctor Hugo Basabe, acompañado de sus fieles, acudió al santuario para realizar el ritual que recoge los pecados, fortalece el perdón, exalta el valor de la crucifixión de Jesucristo y promueve la oración.
El acto solemne comienza con una procesión por la nave central de la catedral a cargo de cuatro canónigos, quienes, vestidos con largas capas negras sujetas por “caudas” o capuchas oscuras, cargan simbólicamente con los pecados de la humanidad.
Cuando son definidos por los sacerdotes hacia el altar o hacia las puertas del cielo, el paseo es acompañado de oraciones y cantos litúrgicos, en latín o español.
Posteriormente, se postran en el suelo en plena ceremonia y el Arzobispo de Koro ondea sobre ellos una pancarta negra con una cruz roja, para conmemorar la victoria de Jesucristo sobre la muerte.
Después del ritual, con tres golpes del estandarte en el suelo por parte del arzobispo, se ofreció una oración de acción de gracias (Liturgia de las Horas) para agradecer a Dios por el comienzo del día.
El ritual evoca el sacrificio de Jesucristo en la cruz y es una ceremonia de duelo destinada a pedir perdón.
El prelado, antes de dar la bendición final, recordó la importancia del acontecimiento que se remonta al siglo XV y pretende acercarlo a la especial iglesia de Koro.
Rescatar la tradición
Monseñor Bassabe, como máxima autoridad religiosa de la entidad, explicó que la ceremonia tuvo su origen en Sevilla y fue llevada a América de la mano de los Misioneros españoles.
“Coro es la primera diócesis de Coro y en el 2031 celebraremos los 500 años de la primera diócesis de Sudamérica, hay razones históricas para rescatar esta práctica de origen romano”, indicó.
Sostuvo que antiguamente las legiones romanas, cuando moría un general del ejército que estaba al mando de las tropas, golpeaban el estandarte sobre su cadáver y absorbían sus virtudes y virtudes.
En el contexto católico, el batir de la bandera en el altar representa la invocación de Jesucristo y su poder para que su Espíritu anime a los creyentes y los limpie de pecados con el fin de transferir luego esa virtud y bondad a los soldados.
En este sentido, instó a los feligreses a vivir con devoción y humildad el ministerio del tiempo pascual, entendiendo el valor del sacrificio en la cruz.
Es importante señalar que desde 2018 la Arquidiócesis de Coro no cuenta con ceremonias de señales y actualmente, el Miércoles Santo, solo se realizan en algunas iglesias católicas de Latinoamérica. En Venezuela, la ceremonia de firma se lleva a cabo en Caracas, Mérida y Maracaibo, ciudades donde los feligreses conocen de esta celebración.
El creyente, George Cuero, aseguró que el ritual tiene un gran significado para los católicos desde que se cantó el primer coro.
“La procesión nos permite ver cómo los sacerdotes recogen con sus gorros todos los pecados y cosas que nos separan de Dios para terminar en el altar y liberarnos para el Líder Supremo”, explicó.
La actividad para Carlos Manzanares es motivo de alegría por el reinicio del programa que no se realiza, sino en determinadas ciudades, incluida América Latina.