La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presenta el informe Venezuela: Graves violaciones a los derechos humanos en el contexto electoral. El documento “aborda las graves y sistemáticas violaciones a los derechos humanos observadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a lo largo del proceso electoral que tuvo lugar en 2024 en Venezuela” y concluye que el gobierno de Nicolás Maduro estuvo involucrado en la práctica del terrorismo de Estado y que su reelección no puede considerarse legítima.
El informe presenta su análisis en tres etapas: antes, durante y después de las elecciones presidenciales. Según la CIDH, a lo largo de esta fase, el gobierno de Nicolás Maduro utilizó las instituciones del Estado “Impedir la participación política de la oposición, obstaculizar el desarrollo de una contienda electoral libre, justa, competitiva y transparente y sembrar las semillas del terror entre los ciudadanos.. Todo ello, con la intención de perpetuarse en el poder”, se lee en un comunicado de prensa informativo publicado este martes 7 de enero.
“La primera fase tuvo lugar durante el período preelectoral y tuvo como objetivo impedir la participación política de la oposición, lo que viola su derecho a la igualdad de oportunidades para postularse y hacer campaña sin restricciones arbitrarias o discriminatorias. Contraloría General del Estado de la República Bolivariana de Venezuela, Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y recurrir al poder de instituciones como las fuerzas de seguridad para detener arbitrariamente a disidentes, defensores de derechos humanos y líderes sociales Acusaciones “vagas”, dice el informe: “Además, se registraron actos de acoso, opresión e incompetencia contra quienes eran o percibidos como opositores, así como la retirada de la Misión Internacional de Observación Electoral. Por otro lado, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONTEL) impuso severas restricciones a la libertad de prensa, mientras que el Consejo Nacional Electoral (CNE) negó el derecho a votar en el extranjero, afectando a casi 5 millones de venezolanos.
El segundo paso, marcado el 28 de julio, se dio: “El gobierno implementó una estrategia encaminada a manipular los resultados para declarar ganador a Nicolás Maduro sin ningún tipo de transparencia. Para ello, CNE detuvo transmisión de datos con el pretexto de supuestos ciberataques. Asimismo, suspendió la auditoría del proceso electoral y se negó a divulgar las actas de votación que respaldaban los resultados declarados. Anticipándose al fraude electoral, la oposición recopiló más del 80% de las actas digitalizadas a nivel nacional para garantizar la transparencia y credibilidad de los resultados de la contienda. El conteo de votos contenido en esta minuta daría la victoria al candidato opositor Edmundo González Urrutia con el 67% de los sufragios.
La percepción generalizada de fraude electoral, explica el informe, dio lugar a protestas “encabezadas principalmente por jóvenes afectados por la pobreza”. La CIDH indicó que alrededor de 300 protestas fueron reprimidas por fuerzas de seguridad del Estado y grupos de choque civil, lo que calificó como una fase de represión sistemática. “El creciente terrorismo como herramienta de control social”.
También condenó la implementación de la llamada “Operación Tun Tun” como parte de este proceso que “condujo al menos a 25 asesinatos, decenas de desapariciones forzadas sumarias, cerca de 2.000 detenciones arbitrarias -entre ellas niñas, niños y adolescentes-, torturas, crueles , tratos inhumanos y degradantes, y graves violaciones a las garantías judiciales y a la libertad de expresión.
muchacha 25 personas murieron por armas de fuegoSegún datos recabados por la CIDH: “Según información pública, 10 muertes serán atribuidas a fuerzas estatales. De ellos, ocho son militares y dos son policías. Seis de las muertes serán atribuidas a “colectivos”, que actúan con el consentimiento, la tolerancia o la aquiescencia del Estado e incluso están legalmente incluidos en el “sistema popular de protección de la paz”. Dos casos se atribuyen a acciones mixtas entre fuerzas estatales y grupos no estatales. En otros casos no hay información sobre los perfiles de los delincuentes acusados.
“Además, se utilizaron tácticas como detenciones masivas, allanamientos sin orden judicial, balizamiento de viviendas de la oposición, allanamientos en barrios populares y cancelación repentina de pasaportes”, señala el documento de la CIDH difundido el 7 de enero.
El informe señaló cambios en el patrón de protestas: “Durante períodos de alto conflicto en años anteriores, como en 2014 o 2017, las protestas fueron dirigidas y organizadas por personas de las clases media y media alta. , en su mayoría, en avenidas céntricas o barrios comerciales o adinerados. Las protestas registradas los días 28, 29 y 30 de julio se desarrollaron principalmente en zonas populares Y son llevados por jóvenes pobres. Información registrada por la Misión Internacional Independiente indica que varios de los fallecidos ese día trabajaban como jornaleros, mototaxistas, barberos y pequeños comerciantes. Por otro lado, los 8 casos fatales en Caracas ocurrieron en parroquias periféricas como Val; el viernes; San Juan; Antímano y Macarao.
El documento denuncia que el gobierno de Maduro está involucrado en la práctica del terrorismo de Estado y advierte sobre la ilegalidad de su declarada reelección como presidente: “El informe concluye que Las circunstancias que rodearon las elecciones presidenciales del 28 de julio constituyeron un cambio en el orden constitucional.. La opacidad electoral, y más en general, la limitación de los derechos políticos consagrados en este documento, impiden a la Comisión considerar si la reelección de Nicolás Maduro goza de legitimidad democrática.
En las recomendaciones, la CIDH llamó al régimen en el poder en Venezuela a poner fin de inmediato a la persecución política, la represión y la detención arbitraria, así como a la liberación inmediata de todos los detenidos arbitrariamente. Asimismo, pide restablecer el orden constitucional, restablecer la separación de poderes y la independencia del pueblo, hacer públicos todos los registros de votación y permitir una auditoría electoral independiente con seguimiento internacional.
La CIDH, al tiempo que reafirma su compromiso y solidaridad con el pueblo de Venezuela, reitera su llamado a la comunidad internacional a reconocer la grave crisis de derechos humanos, permanecer alerta ante nuevas escaladas represivas y activar todos los canales diplomáticos e institucionales para el retorno del país a la democracia.