La Corte Suprema de Estados Unidos parece dispuesta a rechazar un intento de descalificar al expresidente Donald Trump de las elecciones presidenciales de noviembre de este año. Los magistrados de la Corte Suprema emitieron este jueves reservas sobre las implicaciones de validar a nivel nacional la decisión del estado de Colorado de descalificar a Trump de las primarias republicanas por su papel en el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Un fallo final a favor de Trump, el favorito para la presidencia republicana, esencialmente pondría fin a los esfuerzos para evitar que su nombre aparezca en las boletas en Colorado, Maine y otros lugares. La decisión del Tribunal Supremo aún no se conoce, pero según muchos analistas, los argumentos indican que la mayoría conservadora de los jueces puede no decidirse a respaldar a Colorado por miedo a cambiar las elecciones presidenciales de noviembre con implicaciones para las primarias. Uno de otros estados, como Maine.
El presidente del tribunal, John Roberts, dijo que sería un “resultado bastante desalentador” si todo se redujera a “un puñado de estados que decidieran la elección presidencial”. Y un fallo a favor de Colorado podría dar lugar a esfuerzos en todo el país para descalificar a los candidatos. El estado invocó la 14ª Enmienda de la Constitución para dictaminar que Trump no debería estar en la boleta electoral para las primarias republicanas del estado el 5 de marzo. Esa enmienda constitucional, adoptada en 1868 después de la Guerra Civil, prohibió a los ex funcionarios que “participaron en la rebelión” regresar a sus cargos, pero no está claro si esa disposición se aplica a Trump.
Ocho de los nueve jueces sugirieron que estaban abiertos a al menos algunos de los argumentos presentados por el abogado de Trump en la Corte Suprema, Jonathan Mitchell. Si el tribunal considera convincente uno de estos argumentos, Trump podría ganar el caso. Sólo la jueza Sonia Sotomayor pareció votar a favor de confirmar el fallo de la Corte Suprema de Colorado de que Trump estaba “involucrado en una traición” y no era apto para ser presidente.
Mitchell dijo que una insurrección requería “un esfuerzo organizado y concertado para derrocar al gobierno por la violencia” y eso no sucedió. “Fue un motín, no una rebelión. Los hechos fueron vergonzosos, criminales, violentos, todas esas cosas, pero no calificaron como rebelión tal como se usa el término en la ley”, subrayó.
Un sentimiento que Trump también reiteró en una conferencia de prensa en su residencia del sur de Florida. “Esto no fue un golpe de Estado”, insistió Trump, quien al mismo tiempo destacó su buena posición en las elecciones al enfrentarse tanto a las primarias del Partido Republicano como al aspirante a la presidencia de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden. para la reelección.