La ciudad de Cúcuta enfrenta una crisis comercial sin precedentes. En los últimos 12 meses, ha habido un aumento significativo de locales comerciales desocupados debido a la disminución de las ventas de productos y la inseguridad que azota a la ciudad fronteriza.
Según William Gómez, analista en temas fronterizos, la caída en las ventas se debe en gran medida a una fuerte disminución de venezolanos que vienen a Cúcuta a comprar. “La llegada de venezolanos a la frontera desde diferentes regiones del país, ha disminuido en un 80% debido al muy bajo poder adquisitivo, quedando un 20% que aún frecuenta el centro de Cúcuta en busca de productos prioritarios como alimentos, como medicamentos y repuestos que son baratos o no están disponibles en el país”, enfatizó.
Gómez destacó a La Nación que hace unos años el 60% de las ventas en Cúcuta eran realizadas por venezolanos y el 40% restante para consumo de la población local. Sin embargo, la situación económica de Venezuela ha tenido un impacto negativo en el comercio de cúcuta.
La presencia de inmigrantes venezolanos en Cúcuta también es un factor clave. El 28% de la población de la ciudad son inmigrantes venezolanos, muchos de los cuales eligen la informalidad debido a la limitada oferta de empleos formales.
Gómez no descartó que la excesiva regulación y la mala conducta de los funcionarios de tránsito también estén contribuyendo a la disminución del flujo de visitantes venezolanos.
“Parte del dinamismo de la economía de un país, de una ciudad, es el poder adquisitivo de la gente, cuanto mejores ingresos y salarios obtienen, más consumen, y es un sistema que hace que el comercio venda más y los productos industriales vendan más”. . hizo