La comunidad informó que no hubo trabajos de mitigación de riesgos y fueron advertidos de los daños. Las organizaciones nacionales son responsables de estas carreteras.
San Cristóbal. El colapso de dos canales de un tramo de la Troncal 1, que conecta la ciudad de Libertad en el municipio de Capacho Viejo con la frontera colombo-venezolana, fue anunciado y denunciado por comunidades vecinas. Separa los municipios de Bolívar y Pedro María Urena.
Y desde hace al menos tres meses, vecinos de la zona han estado alertando sobre el deterioro de la vía en las redes sociales, pero las autoridades han hecho caso omiso. No se han realizado trabajos para evitar daños en esta vía más transitada.
Por esta vía circulan habitualmente motocicletas, coches particulares y transporte público. Es utilizado por migrantes que intentan llegar a San Antonio del Táchira en busca de mejores oportunidades de vida en Colombia.
El terraplén se derrumbó, bloqueando el tráfico en el lugar, que está a sólo 300 metros de un puesto de control. Allí se concentraron funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, la Policía del Estado Táchira y la Policía Nacional Bolivariana.
El desplazamiento progresivo de tierras debido al flujo de aguas subterráneas exacerba la degradación.
“Alá entenderá cuando decidan”
Pero a los habitantes de Capacho no les sorprende lo ocurrido el pasado domingo. Desde hacía semanas, debido a la lluvia y al tráfico, notaron cómo la carretera se había deteriorado ante los ojos de las autoridades regionales.
Lo más sorprendente es que cuando van a la frontera, todos (las autoridades) pasan por aquí y ven cómo estaba el camino. Ahora se ha caído, sólo Dios sabe cuándo lo arreglarán para que los coches puedan volver a ir allí”, dijo María Teresa Moros.
Este empresario viaja frecuentemente a la frontera y cuando puede regresa con su auto. Hay conos y cinta adhesiva en la parte rota para evitar que la motocicleta se mueva por riesgo.
Los vecinos de las zonas cercanas no podrán circular con sus vehículos. Ahora tienen que cambiar de turno para ir a trabajar. Así lo comentó Raúl Márquez quien vive en Agua Blanca y debe caminar más de 800 metros para llegar a Libertad a partir de este lunes.
Aseguró que a la población “no le importa”, pues en marzo se derrumbó un tramo en el páramo Los Cacaos, el cual fue reparado, pero los trabajos no duraron un mes. Comenzaron a aparecer grietas y finalmente la pared se derrumbó.
Hoy esta vía registra un solo canal de circulación, el cual es custodiado por soldados politachis. Los vecinos grabaron el momento en que se desplomó el concreto.
“La vía fronteriza es una de las más importantes, por lo que los gobiernos nacional y regional deben enfocarse en mantenerla para evitar este tipo de situaciones, que solo trae ansiedad y malestar a quienes vivimos a lo largo de la carretera”, dijo.
Zonas como La Mulera, Agua Blanca, Apartaderos se encuentran cortadas por fisuras en las vías. La distancia desde la parte derrumbada hasta Perakal es de 19,7 km. Los vehículos no podrán circular hasta que la carretera esté despejada.
Sin fronteras
El concejal del Concejo Municipal de Bolívar, Juan Urbina, señaló que debido a la falta de comunicación de Capacho Viejo a San Antonio, los conductores se ven obligados a desviarse hacia la vía Las Dantas, en Junín. Esto significa conducir distancias muy largas en condiciones terribles de la carretera.
Única vía autorizada por el Ejecutivo para el paso de camiones provenientes de la frontera hacia la ciudad de San Cristóbal, lo que representa un peligro para las personas que viajan de noche.
“No vemos ningún informe del gobierno ni del Instituto Táchira de Carreteras sobre lo que hace San Antonio con el dinero de los peajes, ya que los recursos deberían invertirse en el mantenimiento de las vías”, afirmó.
Enfatizó que esto es sólo una muestra de cómo son las vías. También aprovechó para señalar la falta de control por parte del Legislativo estatal sobre la revisión de la inversión de los fondos de los gobiernos regionales en materia de infraestructura de la entidad.