con una espátula
El soldado Adir Tahar, de 19 años, combatiente de la Brigada Golani del ejército israelí, fue asesinado por terroristas de Hamás en el cruce de Erez el 7 de octubre. Su cuerpo fue destruido por un misil antitanque. La cabeza faltaba cuando se recuperó el cuerpo. Los terroristas lo decapitaron y se llevaron partes de su cuerpo a Gaza.
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Pero la crueldad no termina aquí. Los militantes de Hamas pusieron la cabeza en un refrigerador y trataron de venderla como recuerdo de guerra por 10.000 dólares.
Esta denuncia fue realizada por David, padre del soldado, en el canal israelí LPH, donde describió el dolor que sintió durante los dos meses y medio hasta que pudo recuperar la cabeza de su hijo.
Según su testimonio, después de que se recuperó el cuerpo de Adi, él insistió en verlo antes del entierro. “Era imposible identificarlo. Los objetos personales que portaba y la identificación se hizo mediante análisis de ADN”, recordó. El cuerpo de Adi no está completo sino incinerado.
A partir de ese momento, David pasó dos meses y medio buscando con todos sus esfuerzos la cabeza de su hijo. “Al menos quería saber dónde estaba”, explicó el afligido padre en una entrevista con un canal israelí.
“Mientras interrogamos a los dos terroristas, nos dimos cuenta de que uno de los terroristas decidió vender la cabeza de Adi por 10.000 dólares. Quería vender la cabeza de un soldado israelí. Un nivel de brutalidad inimaginable”, explica su padre.
Se realizó en una heladería.
Recuperar esta parte del cuerpo se convirtió en un objetivo prioritario, después de que soldados israelíes en Gaza encontraran la cabeza de Adir en el congelador de una heladería. “Después de dos meses y medio pudieron recuperar lo que quedaba”, dijo el padre. El análisis de ADN confirmó que efectivamente era ancestral.
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