con una espátula
El miércoles 8 de noviembre concluyeron audiencias convocadas por la Sala de Apelaciones de la Corte Penal Internacional (CPI) para escuchar argumentos basados en las denuncias de la administración del Estado venezolano, la Fiscalía y la Defensa de las Víctimas. Nicolás Maduro ha suspendido las investigaciones sobre crímenes de lesa humanidad en el país.
Por Luisa Quintero / talcualdigital.com
Los abogados Mario D’Andrea, Thierry Moya y Calixto Ávila dijeron que el uso de la retórica política por parte de la administración de Maduro, una táctica utilizada en otros foros internacionales, no ha dado los resultados que las autoridades esperaban. Falta de investigación y procedimientos nacionales para investigar presuntos crímenes de lesa humanidad y sancionar a los responsables.
Mario D’AndreaDirector de Civilis Derechos Humanos, asevera que el uso de retórica en estos espacios apolíticos demuestra la limitada capacidad de respuesta del Estado venezolano, además de mostrar y revelar que las investigaciones judiciales no son genuinas.
Calixto ÁvilaEl representante de la ONG Prova en Europa, aseguró que el Estado venezolano ha adoptado la estrategia de ver la investigación de crímenes de lesa humanidad como un proceso principalmente político, con constantes amenazas a la administración de Maduro por parte de varios países como Estados Unidos o Estados Unidos. Estados. El Grupo de Lima, que fue señalado para mostrar el retiro de Argentina de una solicitud de 2018 para una prueba inicial.
Sobre esto último, señaló que la estrategia de intentar descalificar la investigación porque fue presentada por los Estados “es muy peligrosa. Si los magistrados aceptan los argumentos de Venezuela en la petición de revertir o revisar la investigación, significa que las revisiones de los Estados estarán sujetos al mismo tratamiento político.”
También consideró que la presencia del ministro de Relaciones Exteriores, Ivan Gill, quien abandonó la sala apenas terminó su declaración, abrió dos puertas: la incompetencia de estos procesos por la vía política y la incompetencia del propio expediente porque se autoimpuso un examen. . Y después de referencias de varios estados partes.
Ávila insiste en que estamos ante un Estado que conoce sus limitaciones, pero aprovecha la retórica política para crear solidaridad automática con otros países en la misma posición en espacios internacionales como las Naciones Unidas.
Da ejemplos de descalificación y votos en contra en lugares como el Comité de Derechos Humanos, el Comité para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (CEDAW), misiones de investigación o el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, máximo órgano rector en la materia.
También comentó sobre el uso de lenguaje inapropiado en los debates judiciales. “Es preocupante que no solo provenga de funcionarios estatales, no de abogados, sino que todavía sea parte de su práctica (…) señalar a las víctimas que no deben simplemente dejar de tener sentimientos, es parte de ese discurso”. “No abandonar la estrategia de descalificar a los organismos internacionales, ya sean las Naciones Unidas o la Corte Penal”.
Estadísticas de la CPI
Debido a que las investigaciones no son genuinas, dijo el abogado Mario D’Andrea, el uso selectivo de datos expone aún más a la administración de Maduro. “Lo revela el hecho de que la mayoría de los casos enviados para traducción no hayan sido investigados o no se hayan llegado a conclusiones.”
Calixto Ávila destacó que también existe una estrategia permanente para llenar el tribunal con información, no relevante en algunos casos como el largo debate sobre el “expediente” o “sumario” del Ministerio Público, que fue ignorado como material para la investigación. La Sala de Cuestiones Preliminares que rige la situación en Venezuela.
Además, existen cifras concretas. Según el abogado defensor Aitor Martínez, hasta el momento 124 casos han sido reconocidos por el Estado venezolano. De ellos, 113 se encuentran en etapa de investigación donde se han identificado 166 funcionarios de gobierno; tres etapas intermedias, incluyendo denuncias formales; Tres en fase de juicio; Y cinco de los 14 funcionarios del gobierno fueron condenados.
Los condenados, 15 de ellos (aunque no se explicó el origen del último), iban desde policías hasta sargentos de la Guardia Nacional, que son rangos medios o bajos según la ley venezolana. Entre los oficiales acusados o procesados se encuentran 18 comisarios, tres tenientes coroneles, siete tenientes, un mayor, seis capitanes y un sargento.
Haga clic para leer la nota completa aquí