Para el Centro Defensores y Justicia, los avances en la legislación en materia de supervisión, regulación, desempeño y financiamiento de organizaciones privadas y afines representan una amenaza para la sociedad civil y las ONG dedicadas a proteger los derechos humanos.
El Centro para la Defensa y la Justicia (CDJ) registró 97 “ataques e incidentes de seguridad” contra activistas dedicados a proteger los derechos humanos en Venezuela solo en enero de 2024.
Las primeras semanas de 2024 han estado marcadas por un recrudecimiento de la persecución política llevada a cabo por agencias gubernamentales, así lo reportan diversas organizaciones no gubernamentales, actores políticos y organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina de Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para Centroamérica y el Caribe Inglés (OHCNUDH).
Un informe presentado por el CDJ parece confirmar esta tendencia, ya que la publicación advierte que “en el marco del cierre continuo de espacios civiles y democráticos, aumenta la criminalización de la defensa, exigencia y promoción de los derechos humanos”, lo que es claramente una ataque contra esos 97 defensores de derechos humanos.
La ONG detalla que, de esas 97 agresiones, 39 fueron incidentes escandalosos, otros 32 correspondieron a situaciones de intimidación y acoso, 23 amenazas, dos ataques digitales y un caso adicional registrado en la categoría “otros”.
“Los alegatos, acusaciones, amenazas y campañas de desprestigio ocurridas en los últimos años se han convertido en realidades que afectan las actividades, la vida y la integridad de las organizaciones no gubernamentales y de quienes las constituyen”, advirtió la publicación.
Para el CDJ, parte de este aumento está relacionado con el inicio de consultas públicas sobre leyes relacionadas con la supervisión, regulación, funcionamiento y financiamiento de organizaciones privadas y afines, lo que puede derivar en nuevas amenazas, intimidaciones y acosos, así como ataques por parte de funcionarios públicos contra diversas organizaciones.
“Conspiración”, “traición” y “desestabilización” son algunas de las acusaciones vertidas por las autoridades contra estas organizaciones, con base en las cuales justifican la creación de estos instrumentos legales para regular la financiación internacional que reciben varias ONG.
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CDJ destaca la necesidad del trabajo impulsado por las ONG en Venezuela en el contexto de crisis económicas y sociales que no han sido resueltas en el país.
“El trabajo conjunto entre actores internacionales y locales es cada vez más necesario para abordar crisis de derechos humanos, emergencias humanitarias y ayudar a personas en situaciones vulnerables, lograr justicia y contribuir al restablecimiento de la libertad, el Estado de derecho y la legitimidad. de la Constitución sin represalias por el ejercicio de dichas actividades”, señala el informe.
Finalmente, la organización advierte que el avance de leyes regulatorias contra las ONG “representa una grave amenaza a la sociedad civil venezolana y a cualquier individuo que pretenda ejercer el derecho a la libertad de asociación”.