Según datos del Observatorio Penitenciario de Venezuela, el 69% de los centros penitenciarios del país presentan un 154,15% condiciones de hacinamiento, afectando la salud y seguridad de los detenidos, afectando desproporcionadamente a las personas LGBTI.
El Observatorio Venezolano Penitenciario (OVV) dijo que la comunidad LGBTI encarcelada en los distintos centros penitenciarios del país “está en una situación más vulnerable por la opacidad y falta de datos”, lo que los expone a humillaciones y estigmatización por su sexualidad. orientación, identidad y expresión de género y en muchos casos se ven obligadas a cometer delitos para sobrevivir o a participar en actividades sexuales como única opción.
En “Lgbtiq+ marginados: el derecho a la salud es un mito en los centros penitenciarios de Venezuela”, la investigadora Gabriela Buada señala que los miembros de la comunidad Lgbti tienden a ser encarcelados de manera desproporcionada, situación que afirmó. “Preocupante” porque somete a los hombres homosexuales a diversas formas de violencia no letal y “enfrentan constantes violaciones de su dignidad y de su derecho a la vida”. Las mujeres lesbianas y bisexuales también sufren violencia en prisión, principalmente verbal.
Humberto Prado, director del OVV, sostuvo que la grave situación en materia de derechos humanos que enfrenta la comunidad Lgbti en las cárceles es “una muestra de abandono por parte del Estado ante la ausencia de políticas públicas que tengan enfoques y perspectivas específicas para esta población”. .
Prado también enfatizó que siempre han “hecho las recomendaciones correspondientes al gobierno, al ministerio penal, al ministerio público y a la defensoría del pueblo, pero (nada) pasa”. Recuerda que los empleados que trabajan en los centros penitenciarios no están capacitados adecuadamente para atender a esta población y que por eso se produce discriminación.
El Observatorio Penitenciario de Venezuela también encontró que muchas personas LGBTI encarceladas se ven obligadas a ocultar su orientación sexual y de género “debido a la brutalidad que involucran los centros penitenciarios, lo que promueve la invisibilidad y problemas de salud mental”.
Entre algunas de las violaciones a los derechos humanos de miembros de la comunidad LGBTI detenidos se destacan las siguientes:
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Imposibilidad de acceder a la salud.
A pesar de la ausencia de información y la confidencialidad en el acceso a la información, el OVV encontró que no existen políticas y procesos para proteger, promover y proteger los derechos a la salud de la comunidad LGBTI privada de la libertad, ya que no existe personal médico de la planta. , está en manos del escaso personal de enfermería presente, que carece de las capacidades para brindar una atención integral.
Tampoco hay lugar para una atención médica adecuada, ni personal médico especializado para abordar la difícil situación de las personas LGBTI encarceladas.
No existe un programa continuo de detección y diagnóstico precoz y prevención del VIH, la tuberculosis, el cáncer y otras patologías en la atención primaria de salud.
A la comunidad LGBTI no se le ofrece tratamiento especializado, incluido el hormonal; Debido a lo cual muchas personas abandonan su proceso migratorio.
Según datos del Observatorio Penitenciario de Venezuela, el 69% de los centros penitenciarios del país se encuentran sobresaturados, afectando la salud y seguridad de las personas privadas de libertad, afectando desproporcionadamente a las personas LGBTI.
En el primer semestre de 2023, las cárceles venezolanas presentaron un hacinamiento del 154,15%, momento en el que la población carcelaria era de 32.200 personas privadas de libertad, pero la capacidad instalada máxima o real era de 20.888.
OVV insta al Estado a garantizar el respeto a los derechos humanos de las personas LGBTI en prisión; Ya que estas poblaciones tienden a volverse vulnerables, invisibles y discriminadas.
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