La mayoría de los presos que viven en los siete centros penitenciarios intervenidos en todo el país se encuentran ahora alojados en el Centro de Control y Protección de Prisioneros de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en el distrito capitalino de La Jaguar, informó el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP). una declaración
El OVP ha calificado el centro de detención como un área donde no existe seguridad para proteger adecuadamente a un grupo de reclusos que aterrorizan a la población carcelaria y civil dentro y fuera de Venezuela.
“La implementación de medidas de seguridad para los presos altamente peligrosos debe equilibrarse con la necesidad de proteger a la sociedad y al personal penitenciario respetando al mismo tiempo los derechos humanos y la dignidad de los presos”, indicó el OVP en el texto.
La ONG dijo que, extraoficialmente, se sabe que uno de los supuestos fantasmas en La Yaguara es Luceros del Centro Penitenciario de Aragua, mejor conocido como Tocrón; Un penal en el Centro Penitenciario de Oriente conocido como La Pica en Maturín; El corazón del centro de producción agrícola de Barcelona, conocido como Puente Ayala en Anzotegui; la vida del Centro de Detención Judicial de Ciudad Bolívar conocido como Vista Hermosa en el Estado Bolívar; Trujillo es el alma del Internado Judicial y su mano derecha; Y el corazón del Internado Judicial de San Felipe conocido como La Cuarta ubicado en Yarraque.
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El líder negativo Héctor Rustenford Guerrero Flores, alias “Nino Guerrero” y sus secuaces siguen desaparecidos; También Néstor Richardi Sequeira Campos, alias “Richardi” o “El Papa”, se encuentra recluso en el penal de Toquito, en el estado Carabobo.
El OVP ha denunciado que la sede de la PNB en La Jaguara no cumple con los estándares internacionales de que un penal debe albergar presos de alta peligrosidad. “Estas instalaciones deben contar con infraestructura para evitar fugas y enfrentamientos violentos. Estos incluyen sistemas avanzados de seguridad electrónica, muros fortificados y una disposición espacial que dificulta el movimiento no autorizado”, añade el texto.
Del mismo modo, se deben establecer protocolos claros y eficaces para situaciones de emergencia como disturbios o intentos de fuga, y se deben utilizar sistemas de seguimiento constante para evaluar el comportamiento de los reclusos.