con una espátula
Poco después de que se conociera la noticia de la muerte de Tina Turner el miércoles, velas y flores comenzaron a acumularse frente a su propiedad en Suiza, donde la leyenda del rock vivió durante décadas.
Una multitud comenzó a congregarse frente al enorme portón de hierro, envuelto en la oscuridad, caminando uno por uno para encender las velas en arreglos florales y macetas rojas.
“Estoy conmocionado”, dijo Miran Zenider, un residente de Eslovenia de 48 años. “No esperaba que sucediera tan pronto”.
Cuando le preguntaron por qué había venido, respondió: “Porque ella es la reina, la reina de todas las mujeres. Amo a Tina”.
Considerada una de las artistas más famosas del mundo, la reina del rock de 83 años vivió durante casi 30 años en el Algonquin Chateau en el lago Kusnacht en la exclusiva Goldquest (Costa Dorada) de Zúrich.
“El mundo ha perdido un ícono con la muerte de Tina Turner”, tuiteó el presidente suizo Alain Berset.
“Mis pensamientos están con la familia de esta impresionante mujer que ha encontrado un segundo hogar en Suiza”, añadió.
Turner se mudó al país alpino en 1995 con su pareja, el alemán Erwin Bach, de 67 años.
En 2013, tres meses después de casarse con Bach y obtener su pasaporte suizo, Turner renunció a su ciudadanía estadounidense.
La pareja había alquilado la finca durante mucho tiempo debido a las restricciones a los extranjeros que poseían propiedades en Suiza.
En 2021, la pareja pagó 76 millones de dólares por un edificio de 10 plantas en el cantón de Stepa, en la orilla norte del lago de Zúrich.
Bach luego le dijo al periódico Handelszeitung que la propiedad, con su piscina y espacio privado frente al lago, serviría como retiro de fin de semana.
Turner ha sido aclamado en la prensa local como un ciudadano suizo modelo.
Tuvo que aprender alemán, aprobar un examen de educación cívica local y presentarse a una entrevista de ciudadanía.
Pasaporte en mano, acudió a votar en frecuentes encuestas populares realizadas por el país conocido por su sistema de democracia directa.
En 2021, la Universidad de Berna le otorgó un doctorado honoris causa por su “obra musical y artística única”. | Nathalie Olof-Ors con Nina Larsson en Ginebra/AFP