La prostitución a cargo de inmigrantes está invadiendo cada vez más algunos barrios de Nueva York. Algunos habitantes de la ciudad ya tienen su propio “barrio rojo” (una calle de Ámsterdam conocida por su activa vida nocturna).
Mujeres se paran en la acera para ofrecer sus servicios sexuales. El alcalde Eric Adams advirtió que en las últimas semanas se ha visto a trabajadoras sexuales caminando por las calles, incluso durante el día. Esto ha causado mucha preocupación debido a la alta presencia de niños cuando no están escolarizados.
Los “detectives” de la ciudad dicen que muchas de las trabajadoras sexuales son venezolanas que llegaron recientemente a Nueva York, dijo el demócrata.
Lo que se ha popularizado son algunos de los servicios que ofrecen durante el almuerzo. Según las autoridades neoyorquinas, la crisis es resultado de la mala gestión migratoria impulsada por el presidente estadounidense Joe Biden en los últimos años.
Los estados que se opusieron a su administración enviaron oleadas de inmigrantes a estados como Nueva York. Como resultado, la ciudad se convierte en un atasco y los inmigrantes quedan completamente indefensos y tienen que ganarse la vida lo mejor que pueden.
Lea también: Violencia en Perú: venezolanos queman motocicletas en protesta contra cuotas y extorsiones
“Cuando hablo del impacto acumulativo de cómo esto afectará a nuestra ciudad, a eso me refiero. “Vamos a crear problemas generacionales a partir del fracaso del gobierno nacional y este es un ejemplo”.Comentó el alcalde.
Una de las mayores preocupaciones de las autoridades es que la situación de estas mujeres no está clara. No pueden determinar si venden sus cuerpos voluntariamente o si son víctimas de explotación sexual.
@paseandolaciudad2
Descubriendo un lado oscuro: explorando las crudas realidades de Nueva York
♬ Sonido original – Strallingthcity2
La prostitución es un delito menor de Clase B en Nueva York, punible con hasta tres meses de cárcel y/o una multa de hasta 500 dólares.. Un cliente de una prostituta, por su parte, comete un delito menor clase A, castigado con hasta un año de cárcel y/o una multa de hasta 1.000 dólares.
El año pasado, la ciudad recibió más de 100.000 inmigrantes, lo que generó una crisis logística y de ayuda que las autoridades estiman costará a las arcas públicas alrededor de 5.000 millones de dólares.