El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, prestó juramento el viernes 10 de enero para su tercer mandato consecutivo en medio de acusaciones de fraude y aislamiento internacional, pero con el apoyo de los militares y del resto del Estado a sus pies.
“Juro” que “el período de esta nueva presidencia será un período de paz”, prometió ante el presidente del Parlamento, el líder chavista Jorge Rodríguez. “Usted está investido de una presidencia constitucional”, replicó el legislador.
La investigación para el período 2025-2031 se produce un día después de una marcha opositora que terminó con la condena de la breve detención de su líder María Corina Machado, que el gobierno negó y calificó de “invento”, mientras que el plan de Edmundo González fue adoptado por Urrutia. Office parece cada vez más improbable.
Maduro, que ya había reunido a sus seguidores el jueves, llamó a “millones” de personas a asistir a la inauguración. “El día 10 juro un futuro con Maduro”, decía el cartel gigante con el rostro del presidente izquierdista.
Alrededor de la legislatura y del resto de la población del centro de Caracas ya se ha intensificado la seguridad masiva, confirmó la AFP: carreteras bloqueadas, más controles policiales, más soldados en cada esquina, todos fuertemente armados. Las tiendas están abiertas pero hay menos tráfico.
Venezuela ha ordenado el cierre de su frontera terrestre y espacio aéreo con Colombia hasta el lunes tras conocer la supuesta “conspiración internacional”.
Las acusaciones de un complot para derrocar a Maduro son frecuentes, generalmente atribuidas a Colombia y Estados Unidos.
Washington -que niega cualquier complot- expresó su reconocimiento a González Urrutia, quien visitó la Casa Blanca esta semana. El próximo presidente, Donald Trump, se refirió a él el jueves como “presidente electo”.
El líder opositor se encuentra en República Dominicana, última escala de una gira internacional que finalizó en un vuelo privado a Caracas para intentar jurar como presidente.
No hay información sobre esta ni ninguna otra técnica. El gobierno advirtió que sería considerado un “invasor” si intentaba entrar sin permiso.
Reforma constitucional
En el poder desde 2013, ungido por el fallecido Hugo Chávez, Maduro ha gobernado con mano de hierro respaldado por las fuerzas armadas. Sus oponentes lo tildaron de “dictador”.
González Urrutia llamó a los uniformados a reconocerlo, pero la jerarquía ha jurado “absoluta lealtad” a Maduro.
“El sector militar es más importante antes de las elecciones para decidir si el gobierno de Maduro se mantendrá o se abre la posibilidad de un cambio”, explicó a la AFP Mariano de Alba, abogado especializado en relaciones internacionales.
Para el próximo sexenio, Maduro propuso una “gran reforma” de la constitución, que según los expertos conduciría a la aprobación de nuevas leyes que restringen las libertades. Prometió una recuperación económica, después de que sus 12 años en el poder estuvieron marcados por la recesión, la alta inflación y los déficits.
Según Naciones Unidas, más de 7 millones de venezolanos han huido de la crisis.
Sin embargo, en el horizonte se vislumbran posibles nuevas sanciones con la llegada de Trump, quien impuso un embargo petrolero en su primera administración.