La fecha electoral anunciada por Maduro y su partido desde principios de año ya llegó y será el 28 de julio. Por supuesto, no respetaron el estricto plazo de ocho meses necesario para organizar un proceso de esa magnitud, y el acuerdo de Barbados para Fijar fecha para el segundo semestre de 2024 es sin duda lo mejor para Maduro. Escenarios y acontecimientos, como todo opresor, él pone las condiciones.
El tiempo ha llegado. Así dice una canción del cantante puertorriqueño Tito Rodríguez y la recordamos porque al fijarse el 28 de julio como fecha de las elecciones presidenciales en nuestro país, esta expresión recupera vigencia ante el principal desafío que implica para muchos esta convocatoria. No hay tiempo para perder el factor oposición, la campaña ha comenzado.
En unos días, entre el 21 y 25 de marzo, los candidatos deberán registrarse para ocupar el Palacio de Miraflores. El chavismo ya tiene preparado a su candidato, que no es otro que Continuidad
Una de sus estrategias será vender la imagen de Hugo Chávez para ganarse a sus seguidores que, por cierto, son en su gran mayoría divorciados de la administración que obligó a emigrar a unos 8 millones de venezolanos.
Por otro lado, María Corina Machado es la candidata opositora y cuenta con respaldo popular para ser abanderada contra Maduro, la desventaja es que el régimen la ha inhabilitado y su registro no tiene posibilidades reales de poder cumplir con ese objetivo.
Ahora, lo que no podrán desactivar es que él está liderando el proceso, abanderando la avalancha nacional e internacional que derrocará a Maduro el día de las elecciones del 28 de julio.
Sin embargo, el primer acto de los venezolanos es una movilización popular con registro en el CNE que demuestra contundentemente el deseo de cambio y la presión para satisfacer las aspiraciones de la mayoría de los venezolanos.
Salvo que esto suceda, la dirección de la oposición, con el posible consentimiento de Machado, tendrá que buscar diferentes candidatos alternativos y tener alternativas reales que sean confiables, leales y capaces de continuar el trabajo y dirigir esta campaña electoral que ya ha comenzado.
Este es un momento histórico en la vida de la república. Como se llegó a un acuerdo para las elecciones parlamentarias de 2015, con un resultado abrumadoramente favorable, ahora es el momento nuevamente de hacer un posible intento de derrotar a Nicolás Maduro con María Corina Machado u otro candidato.
Un ejemplo de Barinas 2021 aún acecha. Es una guía para comprender que uniendo fuerzas y objetivos comunes es posible derrotar a un régimen que lo controla todo, pero que carece de apoyo popular.
Sucedió el 5 de octubre de 1988 en Chile cuando se convocó un referéndum para aprobar la continuidad del dictador Augusto Pinochet, quien perdió las elecciones a pesar de existir una dictadura brutal, con los partidos políticos prohibidos, sin acceso. Su control del poder no terminó hasta que terminaron los medios y la represión.
Nadie dijo que la lucha sería fácil, pero si los responsables de liderar la oposición actúan con magnanimidad y determinación, no tenemos dudas de que Venezuela pronto renacerá como un país próspero y libre con el regreso de la democracia. Un modelo político que garantice la libertad y el Estado de derecho a sus ciudadanos.
El filósofo español José Ortega y Gasset decía a principios del siglo XX que “la sociedad, en sus peores momentos, siempre recurre a sus mejores hombres”.
No hay tiempo para dudar o sopesar los intereses individuales por encima de los de la nación. Este evento electoral no es un evento cualquiera. Sabemos que estamos frente a un régimen cuyo espíritu democrático ha desaparecido por completo y el único recurso es la represión, la tortura, la intimidación y otras prácticas para infundir miedo y terror entre quienes piensan diferente.
Comienza campaña, Nicolás Maduro derrotado.