con una espátula
El régimen de Nicolás Maduro intenta escribir un nuevo episodio de incertidumbre dentro de la sociedad civil venezolana, a pesar de las promesas hechas en el Tratado de Barbados y el éxito de las elecciones primarias de la oposición.
Carlos Eduardo Martínez // INFOBAE
Moviendo sus hilos en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), la dictadura caraqueña ha optado esta vez por anular todos los actos relacionados con la elección de María Corina Machado como candidata antichavismo para 2024, una medida que la Plataforma Unitaria (PU) ha asegurado dejar el país inmerso en un “momento de esperanza”.
“La oposición venezolana ha retomado la ofensiva política en el país, y lo hemos hecho de manera grande y exitosa”, dijo en conferencia de prensa Simón Calzadilla, miembro del bloque disidente, que agrupa a varios partidos.
Pero, apenas una semana antes de las elecciones internas, el Departamento de Justicia ordenó la suspensión de “todos los efectos de las distintas etapas del proceso electoral conducido por la Comisión Nacional de Primarias” (CNP). La medida fue en respuesta a un recurso presentado por el diputado opositor José Brito, quien denunció “irregularidades” en la consulta organizada de manera autogestionada.
La orden judicial fue considerada una respuesta al éxito de las primarias, que se celebraron pese a fuertes intentos y amenazas de sabotaje por parte del chavismo desde el momento de su convocatoria.
Una verdadera historia
Para los opositores, la medida del Alto Tribunal carece de validez absoluta porque considera que las primarias son un hecho cierto que no se puede revertir: las primarias se realizaron y María Corina Machado ya es su candidata para 2024.
“Las primarias fueron un éxito absoluto, rotundo y escandaloso, y ni la convocatoria ni la sentencia lo borrarán”, afirmó en rueda de prensa el exdiputado Biagio Pillieri, miembro del bloque antichavista.
Los opositores al régimen de Caracas consideran que “nada ni nadie puede ignorar” los resultados de las primarias y sus implicaciones políticas.
“Está muy claro: el gobierno perdió y el país ganó”, afirmó.
“No lo vieron venir”.
Alrededor de dos millones y medio de ciudadanos participaron en la consulta popular de los partidos de oposición, cuya celebración fue cuestionada como parte de una campaña de sabotaje del régimen.
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